14.6.17

El arte de curar


Siempre, desde que puedo recordar, tuve el don de curar. La gente viene a mí y quieren que los escuche, que los haga reír, que les diga que lo que les sucede, lo que ellos creen que les sucede, no es tan grave. Que van a estar bien.
Te cuento cómo ayudo a la gente, ahora, el método podríamos decir.
Cito a la persona, podríamos decir al paciente, en un parque. Un parque de barrio, puede ser el Parque Chacabuco, puede ser el Parque Centenario, claro, mi querido Parque Centenario, puede ser Plaza Irlanda también. Tiene que ser temprano, a las nueve de la mañana ponele.
En esos parques, en cualquier parque, a la mañana van los paseadores de perros. Han armado, para ellos, una especie de corral. Es una suerte de superficie bastante grande con unas rejas de un metro de altura o más, para que los perros no puedan escapar.
Llega el paciente. Previamente he conversado con los paseadores. Quiero decir, les he ofrecido algo de dinero que han aceptado de buena gana.
El paciente, que también puede ser la paciente, debe desvestirse. Quedarse en calzoncillos, o en bombacha y corpiño, respectivamente. Entonces el sujeto debe acostarse en el centro del corral, boca arriba, ojos cerrados, palmas hacia arriba, en la posición denominada ‘savasana’ para aquellos que tienen alguna noción de yoga. Es la posición del muerto. Sí, se puede llevar una toalla, para acostarse sobre la toalla.
Se acuesta la persona. Se relaja, hace respiraciones profundas, ojos cerrados.
Y entonces. Se suelta a los perros. Veinte o treinta perros. Libres, sin correa ni nada. Los perros van y hacen lo que quieren. Se acercan a la persona o la pasan por encima. Huelen, o se ponen a intentar coger con algún otro perro, o cagan, lo que quieran hacer. Ladran desde ya. Alguna vez un perro ha mordido a la persona pero nada serio, una mordida sin importancia.
Eso es todo, la persona debe permanecer con los ojos cerrados en medio de los perros, entre cinco y nueve minutos.
Pasado el plazo de tiempo se le indica a la persona que ya está, que puede levantarse. Los paseadores juntan a sus perros. La persona se viste.
Es dos sesiones, tres como máximo, la persona entiende que sus problemas son irrelevantes.

5 comentarios:

Jorge Aureliano dijo...

Puede que esté bueno este método, no sé,pero a mi no me llama la atención. No me cuadra, dirían los fotógrafos.
Me gusta más el de la media res, ¿se acuerda?.

f dijo...

- y cómo estás?
- literalmente meado por los perros...
- no te preocupes... ahora solo puede mejorar...

J. Hundred dijo...

*jorge aureliano! puede fallar, decía el señor tu sam, y cada tanto se le quedaba un participante en medio del truco. lo saludo.

*f! muchas veces se trata de saber que se puede mejorar. aunque en ‘el que tiene sed’, del superior abelardo castillo, el hombre de los cabellos de plata dice ‘siempre se puede estar peor, vale la pena vivir sólo por eso’. lo saludo.

Frodo dijo...

Todos los caniles, el canil

Lo abrazo!

J. Hundred dijo...

*frodo! en la mítica serie ‘kung fu’, el mestro po le decía a un jovencísimo david carradine ‘cuando aprendas a caminar sobre el papel de arroz sin dejar huella, habrás aprendido’. tiempo después david se ahorcaría mientras hacía lo que el señor j. asis con refinado acierto definió como ‘una manuela de alta complejidad’. qué hubiera dicho el maestro po acerca de todo esto. quizás hubiera dicho que el papel de arroz también puede servir para limpiarse el culo en determinadas situaciones, aunque quizás no sea el uso más correcto. en cualquier caso, lo vamos viendo. lo abrazo.