12.10.15

Pedazo de queso


Durante cinco años me dediqué a ir a los supermercados, todos los días, durante veinte minutos, media hora. A veces hacía dos tiempos, uno a la mañana, y uno a la tarde.
Nada, no compraba nada. Iba y paseaba, adentro del supermercado. Miraba las cosas expuestas en las heladeras, en las góndolas.
Y tengo buena memoria. Podía decirte si el vino Santa Julia Roble Malbec 2009 estaba dos pesos más barato en el Jumbo de regimiento en determinado mes del año, si las arvejas Arcor convenía comprarlas en el Coto de Villa Urquiza. Sabía el precio del queso Port Salut de La Serenísima, con cuatro decimales, en cualquier supermercado de Caballito y de Almagro. Vos me decías el peso, en gramos, del pedazo de queso, y yo te decía el precio. No fallaba nunca.
Te podía decir el precio de cualquier pasta fresca de La Salteña en el Carrefour de la calle Las Heras, te podía decir cuál era el spread, la diferencia de precios, entre las latas de atún al agua La Campagnola, con las latas de atún en aceite, con las latas de atún en aceite de oliva, también. A veces esa diferencia, ese spread varía de un supermercado a otro, de acuerdo a si en ese barrio se consume más un tipo de atún que otro. Lo tenía estudiado, al detalle.
A eso me dediqué, básicamente, eso hice, durante cinco años. Eso y no mucho más que eso. Seis días a la semana, descansaba los domingos, por aquello que el domingo hasta Dios descansó. Bíblico asunto.
No, ya sé, no le encontrás el menor sentido. Vos durante esos cinco años te dedicaste a estar en pareja, a trabajar en una oficina. Te casaste o pusiste un negocio, cambiaste el auto, tuviste un hijo. Hiciste gimnasia o dieta, hiciste un curso.
Tampoco parece gran cosa.

9 comentarios:

Viejex dijo...

No era para que se lo tome así, Hundred, no quise ofenderlo. Pensé que no tenía sentido, lo reconozco, pero lo hice sin mala intención. Yo creía que pensaba en silencio y viene usted a leerme la mente así, sin avisar, y yo con estas estas mechas...
La culpa es suya.

J. Hundred dijo...

*viejex! le respondo con una pieza filosófica que me fuera transmitida, con particular rigurosidad, por la coreana del laverap: non tendo. y lo saludo.

Viejex dijo...


Mi comentario es una respuesta a propósito del último párrafo. Donde ud. reprocha al lector que no le encuentre sentido al concienzudo estudio de las ofertas de los supermercados y acto seguido enumerando las cosas a las que la mayoría nos dedicamos en la creencia de que eso es lo importante en la vida, para rematar con ese lapidario "Tampoco parece gran cosa", tan propio de quien se siente agredido.
Yo también lo saludo.

J. Hundred dijo...

*viejex! pero quién se siente agredido, pelotudo! hay que reconocer que a veces soy de lo más divertido. lo saludo con sana camaradería.

Dany dijo...

A ud. se le fueron 5 años en ese estudio, a mi se me fueron 10 en.......en.....en.....
Bueno, al final cada uno deja escurrir la vida como puede. Abrazo.

J. Hundred dijo...

*dany! la cosa está armada, más o menos, siempre más o menos, así. cuando tenés tiempo te la pasás corriendo para conseguir dinero. luego, cuando tenés dinero, no sabés para dónde correr para conseguir algo de tiempo. me olvidé de vivir, cantaba el señor julio iglesias, y hacía correr a las trillizas de oro (a las tres) en tetas alrededor de la cama. ver chicas en tetas corriendo alrededor de la cama es una de las cosas más divertidas del mundo. lo abrazo en medio de este naufragio.

LaLa dijo...

Increíble, una de las cosas que detesto de la cotidianidad es ir a un supermercado, si sabía le pasaba la listita!
besos

Pollo dijo...

Gran texto, como algunos de los otros que le voy leyendo, saludos desde Lima.

J. Hundred dijo...

*lala! una mujer que conocí hace varios años, me contó una vez que su padre, cuando ameritaba la ocasión para decirle la famosa frase ‘ah, sos graciosa’. bueno, en lugar de eso le decía ‘ah, le chupaste las bolas a un payaso’. la frase me parece de una exquisita potencia expresiva. y la mujer que me la contó era, bueno, una de las pocas mujeres con las que yo recuerde que me gustaba dormir. no, no me entendió, coger me puedo coger hasta un pato de madera. yo le estoy hablando de otra cosa. le mando un beso en la frente.

*pollo! cómo llegó, usted, hasta aquí, es un enigma. pero, bien mirado, también es un enigma cómo llegué yo. espero no defraudarlo demasiado pronto, tal es mi costumbre. lo saludo y le agradezco.