18.8.14

Canción de amor que te recuerda


Compuse una canción. Una canción de amor. Empezó como un poema, creo, pero sin causa, sin motivo aparente, se transformó en canción. Sentí cómo iba llegando la música.
Es una canción que habla de vos, claro. Una canción que te recuerda. Una canción que habla del tiempo que estuvimos juntos. Cosas cotidianas, que uno no ve, precisamente, mientras las vive, porque esa misma cotidianeidad hace creer que son situaciones normales y duraderas. Pero después, cuando todo termina, esas cosas son las que te faltan. Un domingo a la mañana, cualquiera, de invierno, esas cosas, te sorprenden como si un chancho pecarí te diera una patada en el centro del pecho. Y vos pensás que no vas a poder respirar con normalidad, nunca más, pensás que te va a doler para siempre.
Tenía que ir a una cena, me di un baño. Se me ocurrió cantar, mientras me bañaba, la canción. La canción de amor que te compuse, la canción de amor que habla de vos.
–¡Callate, forro! –escuché que gritaba algún vecino. El baño tiene una pequeña ventana que da al pulmón del edificio. 
–¡Era una puta, boludo! –gritaron de otro piso– ¡Le tocaba las bolitas a mi perro, lo trataba de pajear! ¡Era una recontraputa!
–¡Tenía halitosis! –ahora una voz de mujer, creo que del séptimo B– ¡Tenía vaginitis! –carcajadas, fuertes carcajadas que fueron interrumpidas por un acceso de tos. Luego, un contundente gargajo. 
Entonces recordé, el tiempo de nuestra relación donde te viniste a vivir aquí, conmigo. Los vecinos te veían en la calle, seguro, entrar y salir del edificio, o en el ascensor.
Quiero decir, de algún modo, también te conocían.

5 comentarios:

Bob Harris dijo...

Leí su texto con particular interés (léase personal interés ya que me recuerda a algunas circunstancias de mi vida)
Me vinieron a la cabeza tres cosas
1- Cosa boluda el hombre enamorado!
2- La canción por usted mencionada seguro seria un éxito solo comparable a señora de las cuatro décadas! (verá que acepto la idea de que lo mas horrible todavía no ha sucedido)
3- La búsqueda de la mujer perfecta y el seguro enamoramiento que supone encontrarla de por si es una boludes ya que la práctica demuestra que solo nos enamoramos de las imperfectas (quizás de sus imperfecciones?)

Como siempre muy bueno lo suyo
Abrazo

Viejex dijo...

Que gente de porquería, sus vecinos. Pero rescatemos que ninguno se quejó porque usted cante desafinado. ¿Quien sabe? quizás usted tenga una posibilidad concreta de éxito en la música, no como compositor sino como intérprete, claro. Ahí nomás, a tiro.

Saludos, zorzal criollo.

P/D: Para la próxima canteles una de Axel(*) para que aprendan lo que es sufrir, esos putos. Me hicieron enojar, usted perdone.


(*) me refiero a ése que canta ♫amo lo que amas yo te amo...♫ que es lo más parecido a una patada en los huevos, musicalmente hablando, que se me ocurre. Manga de forros. Me hicieron enojar, le dije.

J. Hundred dijo...

*bob harris!
1. sí.
2. alguien debiera escribir una tesina: ‘la arjonización de las relaciones humanas en la sociedad moderna’.
3. la perfección no es de este mundo.
4. lo abrazo.

*viejex! antes, cuando era pobre, tenía una vecina que abría la puerta del ascensor cuando escuchaba que, justamente, el ascensor, conmigo adentro, se había detenido en su piso (que era también mi piso). me miraba con la caja de pizza de la continental en mis manos y me preguntaba, por ejemplo, ‘de qué gusto la pediste?’, o ‘las empanadas de ahí vienen bien, no?’ (se refería a si venían con mucho relleno). ahora, tengo vecinos que me miran como si ellos fueran descendientes de algún emperador chino, y yo fuera un insecto pestilente y primitivo. está preclaro entonces: los vecinos son una maldición bíblica. tampoco estoy para irme a vivir al campo y cantar canciones de celeste carballo (viene a mi mente aquello de ‘voy a tomar la ruta 3..’). lo que quiero decir es que la incomodidad es una parte constitutiva de mi ser. estar incómodo es mi segunda piel. lo abrazo, soy todo melodía.

Mr. Kint dijo...

Los pulmones de los edificios suelen dar ese vínculo vecinal tan característico de vida en comunidad donde todo se comparte.
Y sí, y cuando algún gilún engatusado trae una pelotuda, un poco que sufren todos. Y cuando la fulana se va el único que no festeja es el gilún.
Lo abrazo y avíseme si necesita unos coros para el tema.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! durante alguna oportunidad, durante algún tiempo, fornicaba yo con una chica que, por disposición natural, por estilo, gritaba. gritaba, gritaba todo el tiempo durante la fornienda, como si en cada embestida recibida le estuvieran arrancando jirones de su precario ser. como si le estuvieran agujereando el delicado tapiz de su alma. recuerdo que al día siguiente, cuando alguien se cruzaba conmigo en el ascensor, hombres y mujeres de todas las edades, bajaban la vista en una curiosa señal de consideración y respeto. lo abrazo con el arma herrumbrada.