18.10.13

Esas cosas que pasan


        Escuché gritos, escuché ruidos, un portazo. La alarma del ascensor, también. Casi inmediatamente otro grito, un ‘Ahhh’ de una mujer joven quedó por un momento suspendido en el aire inundándolo todo, y se fue apagando.
         Nada del otro mundo, lo normal. Vivo en un barrio que se fue a la mierda. Mejor dicho, el país se fue a la mierda, el barrio cayó a una velocidad aún mayor. Para los amantes de las matemáticas, derivada segunda. Vivo en un contrafrente abierto, cada tanto se escucha un tiro, la alarma de un automóvil, el grito de una mujer que bien puede estar siendo apuñalada o cogida, con o sin su consentimiento.
         Pero no, esta vez no, todos los ruidos venían del propio edificio. Gente corriendo por las escaleras, alguien gritando ‘¡Dale! ¡Cuidado! ¡Dejá, boludo, dejá!’. Alguien dijo ‘no puedo respirar’. Alguien tropezó y cayó, otro portazo. Toses, ruido de vidrios rotos. Alguien, un chico, gritó ‘¡mamá, mamá!’.
         Miré la hora en el reloj de la cocina, doce y veintisiete, de la noche, claro.
         Golpearon mi puerta de mala manera. Tres golpes, cuatro.
         –¡Hay que salir! ¡Hay que salir! –La voz del portero. Una de las personas más imbéciles que yo haya visto en mi vida, y había visto varias.
         –¿Qué pasa? –Miré por la mirilla, valga la redundancia (la redundancia algo tiene que valer). Estaba el portero, despeinado, en camiseta y pantalón de pijamas– ¿Qué carajo pasa?
         –¡Se quema el edificio! –Gritó, el portero. Alguien que bajaba por las escaleras lo empujó a la pasada– ¡Se quema!
         Abrí la puerta. Estaba en shorts, terminé mi whisky de un trago.
         –Hola –dije.
         –¡Hay que bajar a la calle, ya llegan los bomberos! –el portero tenía un derrame en un ojo, y un rasguño cruzándole en diagonal el rostro, quizás se había golpeado mientras bajaba a las apuradas. Había humo, un espeso humo flotando por todas partes. Había olor a quemado. El portero iba descalzo– ¡Fuego!
         –Bueno, gracias –dije. Cerré la puerta. Estaba terminando de escribir un poema que hablaba, cuándo no, del Nesquik que me hubiera gustado tomar cuando era chico, de una mujer que me había abandonado, de esas cosas que pasan.
         Me serví más whisky, me senté, agarré la birome. A mí la realidad había dejado de interesarme hacía un rato largo.

11 comentarios:

Bob Harris dijo...

ya se que este no es un espacio para compartir experiencias,lo se, pero esta ves me resulta inevitable contar el recuerdo que este relato me trajo: desde la ventana de la casa de mis padres, casa en la cual ellos ya no vivían y yo si por ser un recién separado, una madrugada desde el segundo piso que yo habitaba escuche un escandalo en la calle, cuando me asome a ver vi dos grupos de pendejos uno de los grupos era de 4 integrantes, muy pendejos y con evidente inexperiencia nocturna, de ellos uno estaba grogui desparramado en el medio de la calle, el otro grupo era de tres muchachotes digamos. Todos increpaban a uno que era el golpeador, los amigos del caido, por lo estupiodo del hecho y los coequiper (se me hace imposible usar palabra amigos en este caso)del golpeador por la innecesaria dureza del golpe, este se justificaba diciendo: que me tenia que mirar el boludo ese!!!
Esa noche me cayo la ficha de que todo esta perdido.

J. Hundred dijo...

*bob harris! le cuento cómo me di cuenta que estaba todo perdido, yo. en una oportunidad estaba a punto de sacar los agnolotis de ricota y nuez del agua (comprados en ‘la juvenil’), y como si un relámpago cortara el cielo en medio de la noche, descubrí que me había olvidado de comprar queso rallado. la iluminación llega de las más variadas maneras, si usted quiere, aquello de ‘los caminos del señor son infinitos’. lo saludo.

Pipipi 7 dijo...

genio, nada más.

J. Hundred dijo...

*nele! por motivos que hacen a la vida privada de las personas, no la quiero aburrir, estoy mucho más preparado para el odio que para el amor. si alguien viene y me dice que soy un pelotudo, que escribo para el culo, que tengo el pito pequeño y/o aliento de camello, bueno, no es que me agrade la situación, pero lo tomo con normalidad. imagino que usted debe tener mejores cosas para hacer, pero si llegara a precisar alguna vez conversar con alguien con aliento de camello, o llegado el caso fornicar con alguien con el pito pequeño, o tomar un café con un pelotudo que escribe como el culo, o si necesita alguien que le haga las compras y le lleve los chicos al colegio, o que le corte las uñas de los dedos de los pies y le lea cuentos de raymond carver, por favor no deje de avisarme. es mi particular y absurda manera de decirle que agradezco sus palabras. la saludo.

Pipipi 7 dijo...

voy a elegir un par de las opciones. gracias por la tanta hospitalidad, el café es elemental y las uñas me las corto yo. pero gracias. lo saludo otra vez.

Mr. Kint dijo...

Entraba a este post a decirle que usté un es "Maestro" pero veo que nadie entró a insultarlo todavía y, como usted ya ha dicho, mi función de contrapeso aquí no es requerida, o sí, quizá para decirle que es también usted un ser abominable.
En fin, yo también soy de los que se anotician que no hay redención en este mundo cuando se acaba el hielo y la coca y todavía queda media botella de ferné.

Un abrazo cargado de afecto.

J. Hundred dijo...

*nele! elija lo que considere conveniente. por favor, no se prive. la saludo.

*mr. kint! lo he dicho en más de una oportunidad: soy un genio, con la curiosa particularidad que no lo puedo demostrar. a mí el fernet me gusta solo, con un hielo. es como si viniera corriendo jonah lomu y te diera una patada en el pecho. un abrazo.

Dany dijo...

Recuerdo la del queso rallado. Veo que le dejó "un antes y después".
Me mataba quedarme sin fasos un domingo a la tarde.....en esos domingos en los que uno ni tiene el valor ni siquiera para bajar al kiosco. Abrazo!

J. Hundred dijo...

*dany! la gente se suele preguntar qué sería de la vida en el planeta tierra si se derriten los glaciares, si se agujerea la capa de ozono, si se extinguen los elefantes o las ballenas. yo quisiera saber qué sería de nuestra civilización sin queso rallado. un abrazo para usted.

Serendipity dijo...

que groso!! jaja! No se porque se me vino la frase en castellano de la pelicula casablanca, dejala correr, ud dejo correr la advertencia y yo en ingles le diria play it again con otro relato tan bueno como este!

J. Hundred dijo...

*serendipity! tantas pero tantas veces lo que fue importante para mí, no lo fue para los demás, que quizás esté bien que lo que es importante para los demás, no sea importante para mí. aunque me queme, sí, claro. la saludo.