20.5.11

Oda WD40

Es fácil, la verdad que es bien fácil. Sólo se precisa contar con algo de recursos. Entretenido, además, y terapéutico, desde lo psicológico, desde lo actitudinal, desde la teoría del comportamiento.
Llamemos a la unidad de medida ‘ficha’. Necesitaremos entonces, de acuerdo a nuestra capacidad patrimonial, a nuestro nivel de ingresos, y desde ya a la importancia que le asignemos a la cuestión, determinar de cuánto será la ficha. En la Argentina de hoy (el presente escrito transcurre en el año 2010, creo), propongo que la ficha mínima sea de $10 (pesos diez), y la máxima sea de $100 (pesos cien). El experimento, la experiencia, puede ser hecha desde ya en cualquier parte del mundo, lo que requerirá la peculiaridad de utilizar la moneda del lugar, con los consiguientes ajustes de tipo de cambio. Si estuviéramos en Estados Unidos, por ejemplo, en Minneápolis o en Minnesota, las fichas mínima y máxima podrían ser, respectivamente, de diez y cien dólares. Si estuviéramos en el continente europeo las fichas serían de diez y cien euros, y así. El experimento allá sería entonces más caro, pero allá vivir también es más caro, la gente tiene mejores sueldos que en Argentina, tengo entendido, eso me han dicho.
Se trata, entonces, de darle a cada persona con la que te cruces durante el día, una ficha. Repasemos. Es domingo por ejemplo, pero tranquilamente podría ser martes. Desde que salgas de tu casa, y hasta que vuelvas, a cualquier persona que te dirija la palabra (ni familiares, ni amigos) le vas a dar una ficha.
Sigamos con el ejemplo. Supongamos que determinaste una ficha de cincuenta pesos. Entonces, si el portero está en la calle y te dice ‘buenos días’, simplemente te acercás y le das cincuenta pesos, como si le fueras a dar la mano, con una sonrisa. Sin explicaciones, sin decir nada. O podés decir ‘gracias’, o ‘esto es para usted’, o ‘qué loco todo’. Cualquier cosa, no tiene importancia.
Va a comprar el diario, te dan el diario, pagás, y le das cincuenta pesos más, con una sonrisa, al diariero, no decís nada. Vas a un bar, después, a desayunar, y dejás cincuenta pesos de propina (aunque la consumición, el precio de tu desayuno, sea veinte pesos), o se los das, los cincuenta pesos, en la mano, al mozo. Podés decirle ‘que tenga un buen día’, o ‘gracias por su atención’, o ‘para mí Batistuta y Crespo pueden jugar juntos’, o ‘somos seres de luz’.
Y eso es todo. Si te para una mujer para preguntarte dónde queda la calle Palpa, le das cincuenta pesos, sin dudar. Si te insulta un automovilista porque cruzaste la calle con el semáforo en contra, te acercás al automóvil y le das cincuenta pesos, a través de la ventanilla apenas baja. Si te chocás con una persona le decís ‘disculpame’, le das cincuenta pesos y una palmada.
Calculá, por si te preocupa la cuestión, que no hay manera que interactúes con más de, ponele, veinte o veinticinco personas por día, así que estamos hablando de gastar, de acuerdo a la ficha que usamos para el ejemplo, unos mil o mil doscientos cincuenta pesos. Es más barato que planear una semanita en Buzios, o ir a Disney.
Vas a ver como todo lo que te suele molestar en el día a día, comienza a fluir. Descubrirás de una buena vez que el dinero es el más potente de los lubricantes. El mundo se vuelve un lugar interesante, las cosas pueden ser bien divertidas.

6 comentarios:

Dany dijo...

Alguna vez sentí que esos pocos contactos con los que me encontraba y sufría dia a dia eran una especie de castigo. Si hubiera leído esta entrada no hubiera desperdiciado algunos años. No aplicable a cajeros de bancos o empleados públicos. No acumulable con otras promociones.
Había que aceitar....... Abrazo.

Alelí dijo...

espectacular!

otra vez, me encantó.

Palabras al viento... dijo...

Tengo curiosidad de porque siempre publicas cada cinco días, es sólo una coincidencia?

J. Hundred dijo...

*dany! se lo digo en francés: satamuant. un saludo.

*alelí! como en tantas otros rubros del horóscopo que no es preciso detallar, a mí me gusta, que le guste. gracias.

*palabras al viento! estimada, hay preguntas que no le he respondido ni a gente que ha tenido la delicadeza de coger conmigo. lo que le quiero decir, lo que le digo, lo que le estoy diciendo, es: no me estudies, disfrutame.

Mr. Kint dijo...

Conocida es la eficiencia del dinero como formidable lubricante; me refiero, principalmente, a esa capacidad para lograr que miles de desdichadas garompas puedan adentrarse en cavidades donde de no ser por la guita jamás hubiesen podido ingresar.
Saludos.

J. Hundred dijo...

*mr. verbal kint! alguna vez, aquel filósofo finisecular, conocido como el ‘turco’ garcía, dijo: ‘si no fuera por el fútbol, yo, con esta cara, no hubiera cogido’. donde dice ‘el fútbol’, se puede poner ‘la guita’, y la frase se vuelve infinitamente más contundente, más abarcativa. un saludo.