21.11.08

Si no te dejan entrar

La falta de un grupo de pertenencia durante la niñez genera una patología de lo más angustiante. El niño no se siente aceptado ni querido, no encaja, no tiene con quien compartir sus vivencias, se sabe un corpúsculo extraño en un organismo tan tumultuoso como indiferente, es despreciado, ignorado, descartado, excluido.
Todo esto puede provocar los más severos trastornos de conducta cuando el niño se transforme en un adulto. Puede entonces suceder que el niño, ya grande, sea un asesino serial movido por un odio que le mastica las venas, puede ser un violador compulsivo que come las vísceras de sus víctimas, puede ser un psicópata violento, amante de los insectos, los terremotos, y las prácticas aberrantes.
O puede ser un tipo al que le gusta estar solo, alguien que ha descubierto de manera involuntaria que la gente, por lo general, no es gran cosa.

4 comentarios:

Bugman dijo...

Alguien dijo alguna vez que la máxima aspiración de un hombre civilizado era que lo dejaran tranquilo.
Está muy bien.

El Caballero de la Luna dijo...

Cuando niño pensaba que en la edad adulta iba a encontrar gente afín, agradable, con la cual iba a sentirme cómodo. Ya de grande extrañé los soldaditos de juguete que me permitían estar solo en una compañía creativa.

La condesa sangrienta dijo...

La gente, en general, no es gran cosa. Lo que importa son las personas.

J. Hundred dijo...

*bugman! están aquellos que dicen que Jesucristo es la roca. están aquellos que dicen que Elvis está vivo. yo digo que usted es el blog.

*caballero! muy a mi pesar debo reconocer que existen circunstancias en las que coincido con usted.

*condesa! como siempre, usted tan atenta a los detalles.