15.9.05

Fauna -sin flora-

Llevo al zoológico a mis sobrinos. El tigre luce, cómo decirlo, desteñido; tal vez sea ése su atributo distintivo. El elefante nos mira. Lo piensa. Nos vuelve a mirar. De verdad quiere hacerlo, pero parece carecer de la energía necesaria para levantar la trompa. La jirafa tiene un inocultable problema en las cervicales. El oso está gordo y tuerce la cabeza tratando de averiguar quién de todos los que miran será el que lo ayude a pelar sus manzanas. El hipopótamo tiene los dientes podridos.
Mis sobrinos me miran (soy el que compra las galletitas y merezco algo de respeto). Aguardan alguna reflexión.
Como en cualquier oficina, digo con amargura. Como en cualquier oficina.

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