20.8.22

Lo que no se mueve


El error es que el análisis, el razonamiento, tiene una parte estática. La parte estática sos vos, ahora, haciendo el razonamiento sobre algo que no ha sucedido. Ahí está la falla.
Por ejemplo, casos clásicos. Te dicen que alguien tiene, no sé, un millón de dólares. O conocés a alguien, de casualidad, sí, claro, seguro, que tiene un millón de dólares. Y entonces, ahí nomás, vos no entendés. Vos decís ‘si yo tuviera un millón de dólares no trabajaría más’, o ‘si yo tuviera un millón de dólares viviría en la playa’. Pero eso es ya te dije, porque vos no tenés un millón de dólares. Si lo tuvieras te darías cuenta que necesitás tres millones de dólares más, o que querés vivir en una torre donde te dejen poner una ametralladora en el balcón para tirarle a la gente de abajo, o que para bajar a hacer surf a las ocho de la mañana en Pinamar necesitás un intendente celeste que encienda la calefacción media hora antes y te caliente un poco el mar.
Otro ejemplo es con las minas, claro. Ves a un tipo un domingo a la mañana hinchado las pelotas, desayunando en un bar con una bestia, un minón espectacular. Y entonces vos decís ‘el tipo lee el diario, si yo tuviera esa mina le chuparía la concha media hora todas las mañanas antes del desayuno’. O decís ‘con una mina así yo me cuidaría un poco, volvería a hacer abdominales, daría gusto desayunar con ella frente al mar y poder ponerme en cueros’. Pero eso es porque no la tenés, a esa mina ni a ninguna otra, estás cogiendo cada tres o cuatro semanas con esa renguita que conociste en el supermercado en la góndola de los quesos. Sos todo deseo y frustración, no sos mucho más que eso pero si la conocieras, a la rubia, a la linda que va a desayunar con otro, si vivieras con ella o tuvieras que entrar al baño después que ella fue a defecar. Bueno, no podrías soportarlo, tener que oírla hablar.
Lo que falla entonces no es lo que ves, ni lo que creés que harías si tuvieras lo que no tenés. Lo que no podés es imaginarte cómo serías si fueras lo que no sos. Pero sos lo que sos, lo demás no tiene importancia.

2 comentarios:

Alberto Arenas dijo...

Durante algunos años compartí mi vida con una fémina la cual, por alguna razón, despertaba en mis amigos y familiares frases tales como: "Que suerte la mina que tenes" y variaciones por el estilo.
Y la verdad es que cada vez que yo llegaba a mi casa, bueno, como explicarlo, se tornaba incomprensible que alguien hiciera semejantes declaraciones aunque claro, luego comprendí que era yo quien convivía con ella y la padecía diariamente.
Su recuerdo no obstante, me provoca una sonrisa que, sospecho, está emparentada con el alivio de saber que hoy en día puede estar haciendo infeliz a alguien mas.
Gracias por tanto Hundred, le envío un gran saludo.

J. Hundred dijo...

*alberto arenas! lo dijo el venerable ciego: yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza, y el único perdón. pero la de gozar sabiendo que la susodicha está haciendo moco a otro está muy bien, debo reconocer. Lo saludo con sana alegría.