20.5.19

Tomalo como una aproximación


Hay un momento, un jugador de fútbol profesional acaba de trabar una pelota y siente algo, algo que hasta ahora jamás había sentido. Siente que algo se ha roto mientras cae, mientras termina de caer, la rodilla, un ligamento. Y llega el dolor pero todavía no llegó el dolor, es una ventanita de tiempo hecha de una ranura, de un parpadeo, de un instante. Y el dolor está ahí pero todavía sin llegar, acaba de abrirse la canilla del dolor y el hombre, el jugador de fútbol, mientras cae, mientras se revuelca sobre el césped que nunca fue tan verde sabe que todo su mundo se desmorona y nada volverá a ser como antes.
Hay un momento, un momento en que volviste a tu casa y entraste al edificio y llamaste el ascensor y entraste al ascensor y tocaste séptimo piso. Y abrís la puerta del ascensor, o la puerta del ascensor se abre. Y ves que la puerta del departamento, de tu departamento, está apenas entreabierta y debería estar cerrada porque vivís solo. Y te acercás, dos pasos por el palier, y dos más, y empujás la puerta pero no la empujás, apenas, una mano sobre la puerta y tenés esa sensación de caída que sólo tuviste en sueños. Y todavía no entraste al departamento pero te estás cayendo porque sabés que del otro lado de la puerta ha pasado algo muy malo.
Bueno, así me siento yo por lo general. Todo el tiempo, así la vivo.

9 comentarios:

Nacho dijo...

Sensación de caída es mi lema de vida, don Juan.

Aplausos por esta entrada.

Anónimo dijo...

Ay, carajo!
Al personaje relator o álter ego le diría, en modo solidario y con la peregrina esperanza de acercarle algún alivio, que relata bien.
Y un abrazo.
Alberto Baru

J. Hundred dijo...

*nacho! como me dijo un amigo que me contaba algunas experiencias que había tenido en el colegio militar: yo te lo puedo contar, pero lo tenés que vivir. lo saludo.

*anónimo alberto baru! dijo el venerable ciego: da lo santo a los perros, echa tus perlas a los puercos. lo importante es dar. lo abrazo.

Jorge Aureliano dijo...

Juan, cada vez que yo le comento sus entradas insisto en que usted me saca del tedio. Debo reconocer que este blog es, si alguien me lo pregunta, mi libro favorito.
Ojo, alguien dijo alguna vez que este blog es riquísimo también por sus comentarios.

Los aplaudo con admiración virtual, a UD y a los que escriben algo más que pura condescendencia.

José A. García dijo...

Caer y ser incapaces, al mismo tiempo, de ver el suelo al que nos aproximamos cada vez más rápido.

Saludos,

J.

Frodo dijo...

Tu vida es la del Polaco Bastía, un tipo que trababa hasta con la cabeza y después de esa lesión terrible se dedicó a jugar. A ir por la pelota y si llegaba tarde, a esperar una lenta revancha.
Tal vez todo no es tan trágico viéndolo así. Aunque claro, los relatores nunca más pusieron fuerza en esa B larga o ST o el acento en la Í, del apellido Bastía. Fue uno más cayendo al verde césped.

Abrazo genio!

J. Hundred dijo...

*jorge aureliano! estimado, como en tantos otros rubros del horóscopo, di lo mejor de mí. y lo mejor de mí no alcanzó, vivir con eso. lo abrazo.

*josé a. garcía! siguiendo con nuestro impasse poético, yo había escrito un libro titulado ‘no me peguen en el piso’. oiga, ponga un link de su libro de poemas, o diga algo al respecto, entre toda la monada hay gente sedienta. bueno, quizás no sedienta de sus poemas, sedienta y punto. lo saludo.

*frodo! la verdad descansa sobre el verde césped, se le atribuye la frase al señor ángel labruna. jamás la entendí, pero ahora se me da por pensar que quizás sí. lo abrazo.

Dany dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dany dijo...

Tal vez, como Adriana ( la del próximo ) no sepamos que hacer cuando no vivimos es esa caída permanente.......Abrazo