10.4.19

Compleja maquinaria


Terminamos de coger. Ella habló.
–Estuvo bueno, la verdad –se acomodó un almohadón detrás de la espalda para quedar algo más erguida, quería fumar–. Viste que cuando uno conoce a alguien, bueno. Las primeras veces, las cosas no tienen por qué funcionar del todo bien. Una ya trae su mochila de vivencias, no somos adolescentes.
–Es verdad –dije. Dudé en levantarme para ir a servirme un whisky. Me pareció sentir un pinchazo en la cintura que se fue extendiendo hacia abajo, si intentaba levantarme iba a quedar cuadripléjico de por vida. Seguro había hecho un movimiento brusco, mejor quedarme quieto, respirar un poco. Respirar puede ser una actividad de lo más satisfactoria. Necesaria y suficiente.
–Y no me puse arriba, digo, con lo que a mí me gusta coger estando arriba –encendió el cigarrillo, pitó–. No me subí porque me pareció que a vos te gusta dominar, por cómo me agarrabas, por cómo me apretabas el pelo. Se nota que te gusta controlar la situación.
–Sí, puede ser –dije.
–Tampoco me dijiste nada cuando estabas por acabar –se sacó el pelo de la cara–. Pensé que te ibas a sacar el forro y me ibas a pedir que te la chupe. Si bien es muy de película porno, la verdad que tiene sentido. A mí no me molesta para nada, eh. Digo, hacerte acabar, que termines, con la boca.
–Está muy bueno también. Pero se ve que venía embalado, no hizo falta.
–Cuando me tenías en cuatro patas me pareció que me ibas a hacer la cola. Por cómo me agarrabas la cintura, los cachetes, y sentí un dedo. Ahí pensé que me ibas a hacer la cola. Porque viste que hay mujeres a las que no les gusta, les da asco o les duele, no sé. Pero a mí sí me gusta, que me hagan la cola. No te digo siempre, no te digo que es lo prioritario. Pero a veces, bueno, es como si me lo pidiera el cuerpo. No el cuerpo, la cola –se rió, una risa corta–. Así que ya sabés, no tengo problemas.
–Suma mucho, eso, ahora que lo decís –me moví, apenas, para ver si sentía las piernas, si iba a poder levantarme–. La clave está en usar un buen lubricante.
Sonó un celular, desde el comedor. Podía ser el mío, podía ser el de ella.
–Me va coger en un lugar raro –dijo–. Si te gusta coger en la terraza o parar el auto a un costado de la ruta. No me molesta disfrazarme, hay tipos a los que les calienta. De colegiala, de enfermera. Una vez me compré un traje de la mujer maravilla.
–Sí, a veces está bueno hacer cosas diferentes –dije.
–Así que ya sabés –dijo, se rascó debajo de una teta, muy suave, con un meñique–. Yo no soy de esas minas para las que coger es un fastidio. Me gusta que la persona que está conmigo la pase bien, que disfrute. Que me diga lo que quiere.
–Mirá –dije–. No te lo puedo asegurar, pero creo que desde hace un tiempo lo que más me gusta es que no me rompan mucho las pelotas.

7 comentarios:

Nacho dijo...

Bueno... he aquí un "nuevo" visitante en estas precarias playas. Entrecomillo lo de nuevo porque la semana pasada llegué hasta la entrada más reciente luego de haber empezado a leer el blog entero desde el principio, por allá por octubre del año pasado... pero sí es la primera vez que comento.

Excelente el blog, todas las entradas me gustaron muchísimo. Las del tipo de la de hoy (situaciones pre o post coger) junto con las referidas a monjes tibetanos, de yoga y compañía, son mis preferidas.

Me voy trasladando hacia el fondo del vagón, que el subte viene lleno y si no, no van a poder subir los que esperan en las estaciones que vienen.

Aplausos y un abrazo, Juan.

Anónimo dijo...

(Carcajadas)Muy bueno.
alberto baru

Dany dijo...

"Ella habló"......y habló y habló y habló. Y la cagó. Ya no respetan ni las discopatías. Abrazo Juan.

J. Hundred dijo...

*nacho! estimado, acá estamos acostumbrados a que el que viene, justamente viene a decirme que soy un pelotudo, un pijamuerta, que tiene una prima que escribe mejor que yo y ganó un concurso literario organizado por la cooperadora del colegio ‘nuestra señora del toör’. así que ojito con lo que hace, lo vamos a estar estudiando de cerca, desconfiamos de usted. por aquella máxima de ‘todo el mundo es un pelotudo hasta que demuestre lo contrario’. conste en actas, lo saludo.

*anónimo baru! como dijo el señor burlando ‘son situaciones’. lo saludo.

*dany! esa hermosa sensación de querer salir corriendo ni bien terminada la fornienda. querer ganar la calle, escapar. lo abrazo.

José A. García dijo...

El psicoanálisis les arruinó la vida a muchos/as.

Saludos,

J.

Frodo dijo...

Creo que, o lo conozco bien de tanto leerlo, o nos pasa lo mismo.
Pero se veía venir...

Un whisky y a torrar
Abrazo crack!

J. Hundred dijo...

*josé a. garcia! la mejor definición sobre una mujer psicoanalizada la encontré en 'ampliación del campo de batalla', del superior houellebecq. conste en actas, lo saludo.

*frodo! estimado, podría decirlo que si lo veia venir o si no lo veia venir, bueno, me chupa los dos huevos. pero prefiero decirle 'me chupa la bolsa de los huevos', y eso también seguro que lo veía venir. lo abrazo.