20.12.18

Visita al dentista


Voy al dentista. Se me hizo moco una muela, una muela que terminó pudriéndose primero, rompiéndose después. Me tengo que sacar la muela.
​No me gusta ir al dentista. Desde que era chico, desde siempre, fue una experiencia traumática para mí. Aunque últimamente la mayoría de las experiencias se han vuelto traumáticas. No quiero sufrir.
​–Tengo miedo –le digo al dentista.
​–Ya sé –dice el dentista. Me conoce hace tiempo. Debe tener unos sesenta años, casi hitleriano bigote, pelo blanco, ojos muy claros. Tiene sentido del humor, y tres infartos encima, también.
​–¿Me va a doler?
​–No. –Dice el dentista.
​–Tengo miedo –digo, otra vez.
​–Ya sé –dice el dentista, otra vez.
​–¿Cómo sé que no me va a doler? –pregunto, quiero saber. Estoy desesperado, como casi siempre. Estar desesperado es una de las cosas que mejor me salen.
​–Mirá, es sencillo –el dentista se pasa una mano por el pelo, suspira–. Vas a tener la sensación, no se puede evitar la sensación. Pero no vas a tener dolor, así funciona la anestesia.
​–Una cosa más –levanto una mano, casi entregado pero no todavía, bañado en sudor– ¿Por qué alguien elige una profesión donde hay que meterle la mano en la boca a la gente? Una profesión donde hay que agujerear, extirpar, limpiar podredumbre en medio de sangre y un mar de saliva mientras alguien, el otro alguien, permanece aterrado al borde de la extenuación y una crisis de nervios, con ganas de llorar o de escapar o de morder. ¿Eh?
​–No sé, flaco –el dentista se sienta, se deja caer en su butaca, todavía con la gigantesca jeringa de anestesia en una mano, el pulgar listo para empujar el émbolo–. Todos queríamos ser felices, pero vivimos en un mundo donde hay que sacar muelas. No me rompas más las pelotas, yo no lo inventé.

4 comentarios:

Frodo dijo...

Capo! La anestesia es el invento más grande del ser humano, sólo superado tal vez por el cristianismo.
Estoy empezando a pensar que no laburás en el banco, que en realidad sos dentista.
Dr. Hundred, felices fiestas!
Pasela bien y tómese uno del bueno.
Salú!

alberto baru dijo...

¡AGUANTE LA XILOCAÍNA, CARAJO!

J. Hundred dijo...

*frodo! cuando tenés luz derramás luz. lo abrazo y felicidades.

*alberto baru! como usted diga. lo saludo.

José A. García dijo...

De estar en el lugar del dentista hubiera respondido casi lo mismo.

Saludos,

J.