10.12.18

Contra el esfuerzo


El problema es pedagógico, educativo, supongo, mucho me temo.
En las aulas, claro, y en las familias también. El mensaje que reciben los chicos, cuando son chicos. Los chicos son una esponja, hasta los once años, más o menos.
El mensaje que reciben los chicos, para la vida, es que las cosas pueden cambiar. Con esfuerzo.
Pero eso es mentira, lo que equivale a decir que no es cierto.
Una de las pocas cosas que tienen importancia, una de las pocas cosas que pueden hacer que tu vida no sea un himno a la monotonía, que tu vida no parezca un televisor en blanco y negro con el volumen bajito, es el talento.
Tenés que tener talento, ese es el tema, ahí está el asunto. Talento para jugar al fútbol o para tocar el piano, tener un don, un atributo, una poronga de 33 centímetros a la sombra, unas tetitas redondas y firmes que parecen querer llevarse el mundo por delante (una de las dos cosas quiero decir, o la poronga o las tetitas, no hace falta las dos cosas al mismo tiempo).
Y si te fijás bien, si te zambullís y mirás más allá de la superficie, te vas a dar cuenta que el talento es como la suerte. Viene o no viene, aparece y te saluda o sigue de largo y jamás vas a poder hacer un gol de volea o pintar un cuadro.
El talento es una forma de suerte, la suerte es una forma de talento, eso es lo que tenés que tener, aunque no puedas hacer prácticamente nada, justamente, para tenerlo. El talento y la suerte pueden hacer que tu vida tenga algún sentido, un atisbo de significado.
Pero no, por lo general no, no tenés talento ni suerte ni nada que se le parezca. Sos una ensalada de esfuerzos que quizás te permitan, no sé, tener un hijo o cambiar el auto. Pero no habrá ninguna clase de brillo en tu vida. No, por favor, no me cuentes lo que hiciste, ni tus planes, tus patéticos proyectos. Lo mejor que podés hacer es ponerte cómoda, disfrutar conmigo de todo este gris.

3 comentarios:

Frodo dijo...

Genio! Mil veces genio!
Es un manifiesto a seguir.
Le pongo un marco a este escrito y lo cuelgo en la pared de mi casa.

Y uno sigue pensando que es tema de suerte, que ya nos vendrá a visitar entre el esfuerzo... no señor! si no te visitó a los trece o a los once, gris para siempre

Abrazo!

José A. García dijo...

No pienso tener hijos, no me interesa cambiar el auto (que tampoco tengo).
Carezco por completo de cualquier cosa similar al talento.
Ya me lo habían dicho antes.

Saludos,

J.

J. Hundred dijo...

*frodo! igual hay que tener cierta precaución. no se debe confundir gris topo con gris topu. lo abrazo.

*josé a. garcía! no piensa tener hijos. pareciera que tampoco va a plantar un árbol. escribir un libro no cuenta, mire ‘el combustible espiritual’ for example. puede que su paso por el planeta tierra no tenga mayor sentido. bienvenido.