14.7.17

La peligrosa mamba negra


Estoy mirando la televisión, el canal de la National Geographic. No, ya sé, no es muy divertido, pero también me han pasado un montón de cosas que se suponía que tenían que ser divertidas y no lo fueron. Bioy dijo aquello de ‘vivir es distraerse’, punto para Bioy.
La televisión es una mierda inmunda desde ya, y todo lo que allí sucede es apenas un pálido reflejo de la mierda más absoluta en que nos hemos ido convirtiendo. Y si no te das cuenta eso significa que ya estás tan untado en mierda que te parece que el mundo siempre fue marrón.
El programa que están dando, el programa que estoy viendo, consiste en un tipo, una especie de Indiana Jones que va por la selva o el desierto analizando la vida de los animales, sus conductas, el tipo se arriesga, salta desde un árbol, corre mientras va explicando alguna de las tantas cosas que suceden en la naturaleza y que nosotros, los que miramos el programa, desde ya no sabemos.
En el programa el tipo está agazapado detrás de una roca, munido de una especie de varilla de metal con un pequeño doblez en ángulo recto cerca de la punta. Al parecer está buscando a una peligrosa serpiente.
Y la encuentra, escondida entre las piedras. La serpiente, descubierta, se inquieta, intenta retirarse. Pero el hombre es un experto y logra atraparla. Juega, con la serpiente, para que los televidentes alcancen a apreciar su particular destreza en el manejo de los animales. Tiene a la serpiente, que quizás sea la peligrosa mamba negra, atrapada de la cola con una mano, mientras utiliza la varilla de metal para mantener a la serpiente a cierta distancia de él mismo. La serpiente se arquea aterrada, intentando comprender lo que está sucediendo. Se mueve en el aire, lucha por aferrarse a algo que no existe mientras la cámara la toma en un primerísimo plano. Podemos ver una mezcla de furia y animal estupor.
Y de pronto. El hombre, que habla a la cámara con humor y naturalidad, quizás se ha descuidado, apenas. Ha dejado que la serpiente se acerque demasiado.
Es un parpadeo nomás, un momento, la serpiente logra una imposible contracción hacia atrás por sobre la varilla de metal, y pivoteando prácticamente en el aire logra escupir un chorro de veneno sobre el rostro del hombre.
El hombre aúlla de dolor. El veneno le ha entrado en un ojo, y en la boca. Tira la varilla (y la serpiente) tan lejos como puede, y cae de rodillas. Comienza a vomitar mientras grita, la cámara lo enfoca, el ojo se le ha puesto del tamaño, y quizás del color, de una pelota de tenis.
El hombre cae desmayado y patalea mientras el que maneja la cámara no sabe muy bien qué hacer. Se oyen gritos, ruido de más objetos que se caen.
Y descubro que me estoy riendo a carcajadas, ni en los programas de Olmedo me reía así. Es tan importante que si andás por la vida rompiendo las pelotas algo se te complique, tan importante. Sé que me voy a acordar de la escena cuando pase algún tiempo y me voy a seguir riendo.

10 comentarios:

f dijo...

detesto esos programas donde el tipo abandonado en el desierto arma una fogata con tres palitos y la prende con dos granos de arena, para comerse tres sapos enterrados...
cuando tiene todo un equipo de filmación atrás.
si eso no es intentar tomarte por (más) estúpido...

yo también estaría a las carcajadas

abrazo!
f

Alberto Arenas dijo...

"Es tan importante que si andas por la vida rompiendo las pelotas algo se te complique.Tan importante".
Hundred, eso aplica perfectamente a mi ex esposa, como le pasará seguramente a unos cuantos (y a unas cuantas también)
Un abrazo.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me parece que intuí para donde iba ir el relato. Es que hace tiempo que te leo.

Lo sorprendente fue tu conclusión, parte importante del relato. Tiene sentido, puede ser que se la buscó.
Lo curioso que el equipo siguió filmando. ¿Por la veracidad de los documentales, por no saber que hacer o acaso era igual de molesto con el equipo?
Buen relato.

Jorge Aureliano dijo...

Juan usted cumple su función de genio cuando escribe aquí. Y yo que soy un pelotudo, no quiero dejar de cumplir mi función. Entonces quiero decirle algo sobre lo que me percaté: la mamba negra no escupe, esas son las cobras.
Creo que si en esos programas ocurriesen más cosas como escribe tendrían más televidentes.

J. Hundred dijo...

*f! respecto a la supervivencia. hace muchos años, estaba yo en mi casa y llegó mi padre. debía tener yo no sé, quince años, y veía en la televisión un reportaje a charly garcía. y charly tocaba el piano y decía alguna genialidad, tocó ‘de mí’. yo, que debía haberme peleado con alguna noviecita o estaba descubriendo algo del mundo, estaba profundamente conmovido por la presencia del talento en estado puro. llegó mi padre, entonces, decía, y me dijo que cambiara de canal, que le pusiera el noticiero. yo intenté resistirme, pero mi padre tenía sus reglas. me preguntó quién era el boludo que aparecía en la tele. yo, enojado, ofendido, le dije ‘vos no entendés, es un artista’. y mi padre me respondió ‘artista soy yo que voy a trabajar todos los días’. recuerdo esa bellísima anécdota y la comparto con usted en este sencillo pero no por eso menos emotivo acto. y quizás pueda parecer que no tiene nada que ver, pero para mí tiene mucho que ver. lo abrazo.

*alberto arenas! la frase que usted transcribe es exactamente la que justifica el precario fragmento de mi autoría. quiero decir que usted ha comprendido en su totalidad, muchísimo más allá de la superficie. lo abrazo.

*el demiurgo de hurlingham! se dice del señor manuel francisco dos santos, alias ‘mané’ garrincha, que siempre hacía la misma jugada. amagaba para adentro y salía para afuera. aún así, era un exquisito jugador imposible de parar. algo de eso puede que suceda conmigo, con las imbecilidades de variado tenor que escribo. quiero decir, no parece suceder gran cosa, no hay mayor virtuosismo. pero de algún modo sigue siendo genial. lo saludo.

*jorge aureliano! supongamos que la mamba negra no escupe, supongamos que tira el veneno con un sifón que lleva escondido debajo de la campera. acaso lo hace sentir mejor? el señor andré gidé decía algo como ‘los errores de los demás causan siempre placer’. igual usted puede decir lo que quiera, usted me cae bien (como se dice en la jerga militar: sin causa). lo saludo.

Frodo dijo...

Ud. se pone del lado de los débiles. ¡Cómo no haber festejado (no creo llegar al punto de cagarme de risa como Ud, que es un genio, pero esbozo una sonrisa)... decía, ¡cómo no haber festejado cuando la gloriosa mantaraya atravesó al Cazador de cocodrilos! Si el Planeta La Tierra fuese un lugar justo, si tuviere moralejas, habría sido un guacho trapero yacaré.

Ahora se que Ud. festeja el triunfo en la Copa Argentina de un Victoriano Arenas contra un equipo de Primera. Ud. festeja una pequeña revancha vietnamita en los arrozales, ud. festeja cuando algún fugitivo piola escapa por la frontera, la piña del roña Castro cuando ya se iba a los caños, o cuando los tipos más poderosos del Mundo se tropiezan con algún escalón.

Abrazo grande genio!

PD: Ojo que sus menospreciados comentarios de este sitio se están haciendo tan buenos y graciosos que las poderosas entradas pueden verse relegadas

J. Hundred dijo...

*frodo! mire, lamento tener que reconocer que steve irwin me caía bien. quiero decir, el tipo transmitía una genuina alegría en lo que hacía, aunque lo que hacía fuera ir a patearle la aleta a un tiburón mientras dormía. ahora, como dijera el diego en aquel momento tan intenso: la mantaraya no se mancha. párrafo aparte merece el señor roña castro en aquella magnífica trompada que muestra con mucho mayor intensidad y elocuencia que dos mil años de cristianismo que el concepto de redención es posible. me emocionó mucho esa pelea; después lo agarró terry norris y le pegó para que comprendiera que los milagros y las epifanías nunca deben buscarse en el territorio de la repetición. ah, y mis respuestas a los comentarios son un género literario en sí mismo, suponiendo que estar hinchado las bolas sea un género literario. lo abrazo.

f dijo...

su señor padre es un artista de los nuestros
aunque no conociera al señor del bigote al piano.
e imagino que como el mío, contribuyó a la formación de estos pequeños monstruitos que somos.
abrazo

pd: ayer, día del padre en esta república sin nombre, no pude regalarle un libro que yo quisiera leer....

Bob Harris dijo...

Cuando leí su texto me trajo esta vieja idea mía adornada con algunos divagues.

El humor negro se ejerce, no, no basta con querer ejercerlo, primero hay que tener sentido del humor, luego con simple observación del lo llamado “la realidad” y una voluntad de reírse antes que llorar y entonces se estará listo pera ejercer el humor negro.
Reírse de la mierda, de situaciones que deberían aterrar, de chistes como “Hitler no se suicido, lo mato la cuenta del gas”.
Como todo aquello que se ejerce, cansa y a veces bajamos la guardia y en ves de reírnos nos aterramos o enternecemos o entristecemos o… mierda y cosas en las que no podemos hacer nada y existen y que hacen mal.
Entonces, como un vomito, nos da un ataque de humor negro, un ataque de insania, de risa ante el horror, con suerte pasa y como en todo ataque, quedan secuelas, imposibilidades, puede que no soporte mas un chiste sobre Hitler, o no pueda ver mas Animal planet, no se, cosas así.
Abrazo y como siempre muy bueno lo suyo.

J. Hundred dijo...

*f! cuál era el libro, no se haga el misterioso. lo abrazo.

*bob harris! sus palabras me dejan pensando, me dejan pensando de qué gusto voy a pedir las empanadas a la noche. no, es un chiste, es un chiste! son las cosas que me hacen gracia a mí, usted me va a saber disculpar, quizás entender. el humor me ha permitido soportar situaciones imposibles. quiero decir, no encontré otro mecanismo, hubiera sido incapaz de hacerlo de otra manera. llámelo ‘supervivencia’, llámelo ‘defensa propia’. lo abrazo.