18.1.16

Espejito, espejito


Cada tanto viene alguien, alguien quiere decir una persona. Por lo general una mujer, si el enfoque viene por el lado de lo afectivo, pero vienen mamíferos medianos del sexo masculino, también, perfectamente. Gente que fue al colegio conmigo, o chicas que cogieron y cenaron conmigo aunque no en ese orden, gente que jugó conmigo al ajedrez o al waterpolo, gente que me vio nadar o cambiarme en un mugriento vestuario o levantar la mano en la facultad. Gente que me vio en un bar de barrio, muy temprano, tomando un café. Escribiendo en un cuaderno Rivadavia tapa dura, o leyendo un libro.
Vienen y me dicen que, bueno, que ahora no estoy como antes. Que me he deteriorado mucho, en lo físico sin dudas, en lo mental, que se me pusieron blancos los pelos de las cejas y seguro de los huevos y perdí el sentido del humor, imaginate, no es para menos, que pelé una cara de boludo impresionante, que ya no soy ni una pizca de ingenioso, ni ocurrente, ni divertido, que prácticamente no tengo nada para decir sobre ningún tema, que estoy mal afeitado y tengo los dientes amarillos, que estoy triste, gordo, en fin.
Y yo no sé cómo decirles que algo está mal con esa línea argumental, con sus precarios razonamientos. Porque ellos vienen y me dicen, sobre todo ellas, me dicen, para resumir, que yo ya no soy el que era.
Pero lo que ellos no saben, lo que ellos parecen ignorar, sobre todo ellas, es que cuando yo era lo que era, bueno, en realidad tampoco era. Cuando para ellas yo era pijudo y divertido, gracioso, genial, cuando para ellas yo estaba para grandes cosas, yo ya estaba triste. Angustiado, afligido, con la recurrente sensación que mi vida no tenía mayor utilidad ni sentido.
Todo lo que ahora no ven en mí, es apenas un reflejo de lo que les pasa, a ustedes. De lo que han ido perdiendo con el tiempo. Mi fracaso viene de antes.

7 comentarios:

Manulisa dijo...

Así es, vemos las cosas como somos. Y una vez que cayó la primera ficha del esclarecedor dominó de la mediocridad ya no hay vuelta atrás.
Qué se va a hacer, por suerte hay cosas que ayudan a que uno se distraiga un rato.
Un abrazo.

J. Hundred dijo...

*manulisa! suele visitarme a menudo la frase de bioy, aquello de ‘vivir es distraerse’. y últimamente se me da por pensar que el grado de entendimiento de la frase en cuestión, define en gran medida la inteligencia de una persona. la abrazo.

Agustin dijo...

Considerarse el espejo de los demás podría ser algo narcisista Yo no estoy viejo soy el reflejo de como ustedes se sienten. Yo ya estaba viejo, pero sin embargo es mi bandera, mi carta de presentación. *Manulisa, no hay que distraerse, hay que estar mas atento que nunca.

J. Hundred dijo...

*agustin! me veo casi en la obligación de informarle que mi genialidad suele resultar un poquito abrumadora. así que si le parece que soy un pelotudo, bueno, es una reacción de lo más natural.

Marina dijo...

Bioy y su frase, después viene el de anteojos redonditos con que la vida es eso que pasa mientras estás distraido... Depués Arcadi Oliveres con que los medios distraen y no hay que distraerse. Yo creo que soy esquizofrénica por culpa de esa gente. A mi las canas me piachen, así como la tristeza.

J. Hundred dijo...

*marina filoc! tengo un chiste, tengo un chiste! no, ya sé que no tiene nada que ver con nada, pero no tengo con quien hablar, me di cuenta que estoy muy solo. ahí va el chiste.
una chica le comenta a una amiga que anda con problemas, porque tiene un olor muy potente a cebolla, bueno, se lo digo en términos técnicos, en la concha. y eso le dificulta de algún modo, tener cierto tipo de prácticas con sus ocasionales parejas. prácticas que suelen ser de su apetito, por no decir de su interés. en fin, se entiende. su amiga piensa un poco y le dice que justo tiene un tipo para presentarle, que está bárbaro, que es piola, que tiene guita, no sé. y. además, el tipo tiene una sinusitis crónica, algo relativo a eso, y que ha perdido la capacidad del olfato.
fantástico entonces. hacen un encuentro, salen, van a tomar algo, lo normal. la cosa fluye lo más bien, deciden ir a fornicar. el muchacho, el sujeto, en lo que podríamos denominar los preliminares, se dispone a chuparle la concha a la señorita. mete la cabeza entre las piernas de la chica que yace recostada, se dirige como chancho a la batata para usar una figura quizás no del todo apropiada. y casi al instante se retira, tuerce el rostro, algo espantado.
-paaa –dice el muchacho, el joven, el hombre-, qué baranda a cebolla.
-¡alto, un momento! –exclama la chica, apoyándose sobre los codos-. cómo puede ser que te des cuenta, si mi amiga me dijo que prácticamente no tenés olfato.
-bueno –dice el sujeto-, pero me lloran los ojos.
una cosa más, arcadi oliveres era que el hacía dupla con gary cahill en el chelsea? no sé qué me pasa, estoy en gracioso. le mando un beso en la frente.

Marina dijo...

A mi las cebollas se me ponen viejas en el cajón, me olvido que las tengo. Por eso no tengo amigas.