3.11.04

Ella junta fotos

Conozco una mujer que con frecuencia se pone triste. Y cada vez que se pone triste, viaja. Complicados viajes donde visita treinta y dos ciudades, por ejemplo de Europa, en diecisiete días. Debe subir y bajar de aviones unas cuantas veces, y cuando la azafata pregunta ‘café o té’, a veces elige café, y a veces té. Debe ingresar a hoteles y extraviar valijas o bolsos de mano. Debe exhibir su pasaporte unas cuantas veces. Debe tomar fotos de catedrales que simbolizan algo. Debe ir a exposiciones de pintura donde suele haber cuadros.
Huir de la tristeza mediante desplazamientos geográficos es algo que jamás se me hubiera ocurrido.

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