18.12.15

Yo adivino el parpadeo


Hace muchísimo tiempo, cuando yo era chico, había un juego. En la escuela primaria, en el recreo, todavía no se había inventado internet, no andaba todo el mundo enchufado a algo, los niños se han vuelto instrumentos, apéndices de algún dispositivo electrónico, mala cosa.
Se jugaba de a dos, el juego. Había que sentarse, o de pie también, frente a frente. La idea era mirarse, de muy cerca, a los ojos. Y no pestañear. Resistir, sin pestañear, mirándose a los ojos. Con lo cual la mirada, los ojos, cumplían una doble función. Debían, al mismo tiempo, luchar por no pestañear, mientras vigilaban, los ojos propios, que no pestañearan los otros ojos, los del otro participante que tenías enfrente. No era algo demasiado sofisticado, duraba poco, era un juego.
Tiempo después, ya de grande, le enseñé lo mismo a una chica que salía conmigo. Durante la cópula, durante el coito. Podía ser que ella se echara de espaldas y yo me tirara encima, o con ella subida encima mío. No, si ella estaba en cuatro patas era difícil, con ella en cuatro patas no se podía, salvo que hubiera un espejo.
Durante el garche propiamente dicho, había que mirarse a los ojos. Sin parpadear. Era tan extraño como intenso, porque sentías que le agregabas una cuota extra, algo que iba más allá de la intimidad, era intimidad y espiritualidad al mismo tiempo. Entrar de algún modo en la comunión más perfecta con la otra persona, sin decir palabras. Como los animales, que tienen esa desesperación tan muda. Vos mirás adentro de los ojos de un animal y ves el origen del universo, allí descansa el sentido (no la explicación) de todas las cosas, algo que no está corrompido por el lenguaje. Insondable, los ojos son la ventana del alma.
Además, de esa forma, concentrado en no parpadear, zambullido por decirlo de algún modo en sus pupilas, podía no mirarla, quiero decir, el resto, de ella. Se había convertido en un inmundo bofe, me quitaba las ganas.

6 comentarios:

Viejex dijo...

Un método mucho más efectivo que apagar la luz o cerrar los ojos. Brillante.

J. Hundred dijo...

*viejex! digamos que el método está dotado de cierta elegancia. lo saludo.

JLO dijo...

jaja genial... se justificó todo con esa línea final...

Miguel Ángel Quinteros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Ángel Quinteros dijo...

es, mas o menos, como usar los lentes de homero

J. Hundred dijo...

*jlo! digamos, en futbolísticos términos, que durante 89 minutos no se sabe muy bien para qué estoy en la cancha. pero a veces, en el minuto noventa, a veces.. lo saludo.

*miguel quinteros!

*miguel quinteros! como le dije al camarada viejex, yo creo que el método, el mío, el juego, está dotado de cierta elegancia. la importancia del estilo. lo saludo.