Le cuenta, alguien, que la novia de alguien estaba con alguien, otro alguien, de la mano. A los besos.
Alguien le dice a alguien que se sorprendió de lo que veía porque alguien, esa chica, sigue siendo la novia de alguien, que es amigo de él, y amigo suyo.
Sigue, alguien. Le dice a alguien, que está pensando en llamar a alguien para contarle lo que vio. Alguien, su chica, con otro alguien.
Dice alguien que la situación lo afectó mucho. Que él no es de meterse con la vida privada de las personas, pero alguien es un amigo. Merece saberlo, enterarse que anda con alguien que bueno, también está con alguien.
Le responde, alguien, que él cree que no, que no es conveniente decir nada. Porque en su experiencia son temas privados de la pareja. Si ellos van y le dicen a alguien que vieron a su alguien con otro alguien, es probable que alguien no les crea. Que crea que ellos están celosos porque alguien, desde que está con alguien, tiene menos tiempo para verlos. A ellos. Dice, alguien, que lo mejor es no meterse.
Pero alguien insiste. Cómo puede no meterse después de haber visto a la novia de alguien con alguien. Qué clase de amigos son ellos, de alguien, si no le dicen lo que vieron (que en realidad no vieron, lo vio solamente alguien).
Alguien niega con la cabeza, dice que no. Dice que no es asunto de alguien contarle a alguien con quién vieron, por la calle, a alguien. Quizás alguien vio mal, quizás alguien se confundió.
Alguien dice que eso es de mal amigo. Él sabe muy bien lo que alguien vio, y se lo va a contar a alguien. Es lo que corresponde.
Se despiden, alguien y alguien, con cierta incomodidad, con algún fastidio. Alguien cree que hace lo correcto, y que alguien se equivoca. Alguien piensa exactamente al revés.
Mientras alguien escribe, sobre la vida de algunos.