30.10.05
Es sólo rocanrol
Si tuviera la edad apropiada, y los conocimientos técnicos pertinentes, armaría una banda de rock. El objetivo de tal accionar sería tan solo bautizar a la banda con el nombre de ‘El último canapé’. Entiendo, después de mucho cavilar, que el nombre es perfecto, y que una banda así denominada alcanzaría un éxito rutilante. Todo lo demás, relativo al proyecto, se me antoja irrelevante.
29.10.05
El invento
El verdadero gran invento del mundo moderno no es la computadora. No. Ni la penicilina. Ni el avance en las comunicaciones, del teléfono para acá, en cualquiera de sus formas. No, tampoco. El invento más revolucionario y significativo del mundo moderno es la puerta. La puerta, de madera, con su manija, su cerradura y su llave.
La puerta es la que divide el adentro del afuera. Con todo lo que eso conlleva. Con todo lo que eso implica. Me atrevería a decir que cuando se procede a la apertura o al cerrado de una puerta, se está llevando a cabo un acto de proporciones épicas. Insisto, abrir o cerrar una puerta es un acto casi mágico. Vayan y prueben.
La puerta es la que divide el adentro del afuera. Con todo lo que eso conlleva. Con todo lo que eso implica. Me atrevería a decir que cuando se procede a la apertura o al cerrado de una puerta, se está llevando a cabo un acto de proporciones épicas. Insisto, abrir o cerrar una puerta es un acto casi mágico. Vayan y prueben.
Mi lugar, tu lugar, nuestro lugar
Cuando alguien, en medio de una discusión, me dice que ‘puede ponerse en mi lugar’, no le creo. Si pudiera ponerse en mi lugar, jamás diría eso. Yo, que suelo estar en mi lugar, ni considero la posibilidad de ponerme en el lugar del otro. Mi lugar me parece más divertido, independientemente del resultado.
26.10.05
Voluntad
Veo con especial claridad la siguiente relación. La satisfacción que experimenta el occidental clásico en el ahorro de dinero, es similar a la que practica el hindú al sublimar la eyaculación. Existe, aunque me resulte difícil expresarlo con palabras, una peculiar satisfacción en contener la eyaculación, así como existe una peculiar satisfacción en contener el gasto.
La motivación de reprimir de manera temporaria estos impulsos está unida en algún punto. Sin embargo, el observador atribuirá tal conducta, en un caso, a una búsqueda de elevación de ribetes místicos, y en el otro, a la más ramplona tacañería.
Para finalizar, podríamos decir entonces que el observador tampoco entiende un pepino.
La motivación de reprimir de manera temporaria estos impulsos está unida en algún punto. Sin embargo, el observador atribuirá tal conducta, en un caso, a una búsqueda de elevación de ribetes místicos, y en el otro, a la más ramplona tacañería.
Para finalizar, podríamos decir entonces que el observador tampoco entiende un pepino.
22.10.05
El concepto de 'vasos comunicantes'
El concepto de ‘vasos comunicantes’ me parece de especial relevancia tanto a la hora de estudiar el aparato circulatorio del cuerpo humano, como si se analizan los espectaculares avances tecnológicos que posibilitan el riego de zonas desérticas.
El concepto de ‘vasos comunicantes’, también, me hace pensar en un sujeto sosteniendo dos vasos sobre sus respectivas orejas, aunque no alcanzo a dilucidar con exactitud el porqué de tal acción.
El concepto de ‘vasos comunicantes’, también, me hace pensar en un sujeto sosteniendo dos vasos sobre sus respectivas orejas, aunque no alcanzo a dilucidar con exactitud el porqué de tal acción.
Maquillaje
No consigo entender el maquillaje. Alguien que de manera consciente decide ocultar al público en general, lo que deberá exhibir en privado a quien considera importante, se me antoja como mínimo contradictorio.
En lo personal, prefiero como conducta exhibir la verdadera alimaña que soy al ocasional interlocutor, reservando alguna mejora o sorpresa, si la hay, para el ámbito privado.
En lo personal, prefiero como conducta exhibir la verdadera alimaña que soy al ocasional interlocutor, reservando alguna mejora o sorpresa, si la hay, para el ámbito privado.
19.10.05
Leyes naturales
La capacidad espermática en el varón adulto se regenera. Quiero decir, con dificultades, que la misma se utiliza y el cuerpo humano, de alguna manera, se encarga de volver a crearla. La imagen que viene a mi mente es la de una fuente, un surtidor, un pomo, que se utiliza y vuelve a ser llenado.
No ocurre lo mismo, según informan los tratados médicos, con la capacidad neuronal. El tejido neuronal, parte constitutiva por excelencia del cerebro humano, no se regenera. Se utiliza, se gasta, y no está más.
De los conceptos vertidos surge que uno puede mantener relaciones sexuales con cuanta gente quiera. Ahora, llegado el momento de sentarse a pensar con alguien, es menester volverse mucho más selectivo.
No ocurre lo mismo, según informan los tratados médicos, con la capacidad neuronal. El tejido neuronal, parte constitutiva por excelencia del cerebro humano, no se regenera. Se utiliza, se gasta, y no está más.
De los conceptos vertidos surge que uno puede mantener relaciones sexuales con cuanta gente quiera. Ahora, llegado el momento de sentarse a pensar con alguien, es menester volverse mucho más selectivo.
15.10.05
Oigo voces
A través de las manifestaciones climáticas, la naturaleza misma parece querer decirnos algo. El frío lastimando la piel del rostro de una niña que va a la escuela; la lluvia saludando a la tierra sedienta; el granizo quejándose sobre los techos de los automóviles; el tierno calor de una mañana de primavera; el sol abrasador sobre la calva de un anciano que desanda con lentitud el sendero de un cerro.
O tal vez la naturaleza no quiere decirnos absolutamente nada. Tal vez haga frío y haga calor de vez en cuando, y eso sea todo, vamos.
O tal vez la naturaleza no quiere decirnos absolutamente nada. Tal vez haga frío y haga calor de vez en cuando, y eso sea todo, vamos.
La vida es música
La guitarra como instrumento es un verdadero prodigio de la música. De esas seis cuerdas el ducho intérprete sacará una peculiar policromía de sonidos capaces de endulzar el alma.
Además, si se observa con atención, la guitarra posee un agujero en su centro, y su contorno semeja las curvas de una mujer. Esto puede resultar de extrema utilidad si, por ejemplo, el ducho intérprete se siente solo.
Además, si se observa con atención, la guitarra posee un agujero en su centro, y su contorno semeja las curvas de una mujer. Esto puede resultar de extrema utilidad si, por ejemplo, el ducho intérprete se siente solo.
12.10.05
Para ver televisión
Los programas de televisión que para mí tienen sentido, son de dos tipos.
1) Programas donde alguien cocina. De manera más específica, entonces, programas de cocina. Ver a alguien batiendo una crema, amasando, derramando chocolate o aceite de oliva, es fantástico. Los sonidos de la cocina, y los sabores que evocan, generan beatitud en el espectador. Lo hacen sentirse bien, relajarse, y dormir mejor.
2) Programas donde se sigue la vida de animales en su hábitat. Ver a un leopardo comiendo, o a un rinoceronte corriendo, o a un cocodrilo esperando. Ver sus conductas bien equivale a dos o tres años de estudio de alguna ciencia, por ejemplo: filosofía, a nivel universitario.
Y el resto nada.
1) Programas donde alguien cocina. De manera más específica, entonces, programas de cocina. Ver a alguien batiendo una crema, amasando, derramando chocolate o aceite de oliva, es fantástico. Los sonidos de la cocina, y los sabores que evocan, generan beatitud en el espectador. Lo hacen sentirse bien, relajarse, y dormir mejor.
2) Programas donde se sigue la vida de animales en su hábitat. Ver a un leopardo comiendo, o a un rinoceronte corriendo, o a un cocodrilo esperando. Ver sus conductas bien equivale a dos o tres años de estudio de alguna ciencia, por ejemplo: filosofía, a nivel universitario.
Y el resto nada.
8.10.05
Lecciones de la selva
El safari estaba resultando mucho más agotador de lo que yo esperaba. Y los tigres que habíamos ido a buscar, con el único afán de retratar la magia en extinción, no estaban en ninguna parte. Como si los tigres se negaran a colaborar, eso parecía. Ya iban tres días y nada, ni una foto que valiera la pena. Las fotos de jirafas masticando y de hipopótamos bostezando ya no le interesaban a nadie.
Agazapados en el follaje, aturdidos, transformados en una mezcla de sudor y mosquitos, esperábamos mientras el entusiasmo se evaporaba como cualquier otro líquido puesto a hervir.
De los tigres, nada.
De pronto, en un claro a escasos metros de nuestras cámaras, se desató un griterío infernal. Chillidos endemoniados capaces de enloquecer a un monje tibetano.
Monos. Cientos de monos. Monos de tamaño medio, con cola, con dientes, con agilidad inconcebible, chillando, peleando.
El matrimonio de suecos se cubrió la cabeza con las manos; la mujer lloraba, y su marido no sabía qué hacer para consolarla, además de no poder ocultar su propio pánico.
El americano se aprestó a tomar fotografías, ya que, dijo, el chillido de los monos delataba la presencia de los tigres. Digo ‘los tigres’, y no ‘el tigre’. Dijo que estaba claro que eran más de uno.
Ingrid, la antropóloga austriaca, inició un curioso discurso respecto a la particularidad semiótica en los monos adultos. A cómo funcionaban de manera similar a una sociedad organizada. A sus códigos secretos. Sacó un grabador y sostuvo un micrófono en alto.
El grupo, todos nosotros, permanecíamos en un estado de tensión insostenible.
Miré a nuestro guía. Osabi, sentado contra el tronco de un árbol, encendió uno de sus cigarrillos caseros y dio una larga pitada. Una araña caminaba sobre su pie desnudo, pero su pie desnudo era una compleja maquinaria diseñada para caminar por la selva, y la araña era apenas una irrelevancia más del camino.
Le pregunté, con una corta seña, qué pasaba. Tal vez era el momento de buscar resguardo y abandonar la cacería.
Nada, no pasa nada, dijo. Más monos que bananas, dijo, y me pareció que sonreía.
Agazapados en el follaje, aturdidos, transformados en una mezcla de sudor y mosquitos, esperábamos mientras el entusiasmo se evaporaba como cualquier otro líquido puesto a hervir.
De los tigres, nada.
De pronto, en un claro a escasos metros de nuestras cámaras, se desató un griterío infernal. Chillidos endemoniados capaces de enloquecer a un monje tibetano.
Monos. Cientos de monos. Monos de tamaño medio, con cola, con dientes, con agilidad inconcebible, chillando, peleando.
El matrimonio de suecos se cubrió la cabeza con las manos; la mujer lloraba, y su marido no sabía qué hacer para consolarla, además de no poder ocultar su propio pánico.
El americano se aprestó a tomar fotografías, ya que, dijo, el chillido de los monos delataba la presencia de los tigres. Digo ‘los tigres’, y no ‘el tigre’. Dijo que estaba claro que eran más de uno.
Ingrid, la antropóloga austriaca, inició un curioso discurso respecto a la particularidad semiótica en los monos adultos. A cómo funcionaban de manera similar a una sociedad organizada. A sus códigos secretos. Sacó un grabador y sostuvo un micrófono en alto.
El grupo, todos nosotros, permanecíamos en un estado de tensión insostenible.
Miré a nuestro guía. Osabi, sentado contra el tronco de un árbol, encendió uno de sus cigarrillos caseros y dio una larga pitada. Una araña caminaba sobre su pie desnudo, pero su pie desnudo era una compleja maquinaria diseñada para caminar por la selva, y la araña era apenas una irrelevancia más del camino.
Le pregunté, con una corta seña, qué pasaba. Tal vez era el momento de buscar resguardo y abandonar la cacería.
Nada, no pasa nada, dijo. Más monos que bananas, dijo, y me pareció que sonreía.
Complicado
Cuando el canon personal se convierte en dogma, entonces el individuo con características extraordinarias está destinado a asumir funciones de liderazgo. Y pierde toda utilidad en el plano de verdadera relevancia.
¡Bú! Manual del susto
La utilización de un trozo de correa de persiana, prolijamente anudada, como eficaz sustituto de la tradicional corbata, provocará de inmediato estupor y zozobra entre los colegas de oficina. La relativa facilidad para escandalizar al hombre común, le quita casi toda la gracia al procedimiento.
5.10.05
Dermatitis versus la otra opción
El dinero, si se me permite la analogía, debe ser entendido como cualquier otro analgésico de uso externo. En tal sentido, su uso indebido puede provocar manchas o picazón. En cualquier caso, nada grave.
1.10.05
A la derecha de John Wayne
Con cierta regularidad, se conocen reclamos de reducidos grupos de aborígenes respecto a territorios que les pertenecen y que, según sus propias manifestaciones, les fueron quitados en tiempos arcanos.
Entiendo que tienen razón. La tierra de sus ancestros les debe ser devuelta. De inmediato. Tal vez, me animaría a decir, con alguna condición. Como prohibirles el uso de la televisión, el teléfono, y cualquier vehículo a motor, por ejemplo.
Entiendo que tienen razón. La tierra de sus ancestros les debe ser devuelta. De inmediato. Tal vez, me animaría a decir, con alguna condición. Como prohibirles el uso de la televisión, el teléfono, y cualquier vehículo a motor, por ejemplo.
Te llevo bajo mi piel
Quien se hace un tatuaje desea, más allá de todo preconcepto o juicio de valor de quien observa, decirnos algo. Ese particular medio de expresión se remonta a culturas primitivas desde tiempos remotos. Despojado del juicio de valor en lo relativo al hecho estético, hay allí un mensaje de una potencia tal, que se escribe sobre el propio cuerpo, me aventuro a opinar a falta de otra posibilidad expresiva.
Y me sorprende, aún sin ser un entendido en la materia, no haber visto nunca un tatuaje que diga ‘soy un pelotudo’.
Y me sorprende, aún sin ser un entendido en la materia, no haber visto nunca un tatuaje que diga ‘soy un pelotudo’.
Estilo
Dame un peso, loco. Copate con la villa.
*El autor desea hacer notar que el único valor agregado que puede aplicar el mendigo, a la hora de ejercer su actividad, es el estilo, la forma, el modo. Asimismo, el autor desea dejar sentado que accedió a entregar un peso al intérprete del peculiar pedido, y esto no se debió a un deslumbramiento y/o fascinación por la original utilización del lenguaje. El sujeto estaba armado con un cuchillo, y dispuesto a usarlo.
*El autor desea hacer notar que el único valor agregado que puede aplicar el mendigo, a la hora de ejercer su actividad, es el estilo, la forma, el modo. Asimismo, el autor desea dejar sentado que accedió a entregar un peso al intérprete del peculiar pedido, y esto no se debió a un deslumbramiento y/o fascinación por la original utilización del lenguaje. El sujeto estaba armado con un cuchillo, y dispuesto a usarlo.
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