Se suele decir, es una frase, aquello de ‘cuanto más hacés más hacés’. Pero no, no es verdad, no funciona así. Por el sencillo hecho que cuanto más tenés que hacer, más tenés que hacer, o si querés, más deberías hacer. Podríamos decir, por decirlo de algún modo, que lo que hacés crece de manera aritmética y entonces, lo que deberías hacer se multiplica, al mismo tiempo, de geométrica manera. Lo que hacés es lineal, lo que deberías hacer es exponencial.
Una manera más simpática de verlo sería con lo que tenés. Cuanto más tenés más querés tener. De ningún modo resulta que cuanto más tenés más tenés. Porque cuando tenés más querés muchísimo más. El río de lo que te falta no se detiene nunca.
Y después pasa algo que es muchísimo peor. Porque vos vas y anhelás algo, llegar a algo, una situación, un lugar. Y cuando llegás, después de anhelar, después de hacer todo lo que hacía falta, pensás que bueno, ahora que llegaste te vas a querer quedar. Ahí, con esa persona, con ese auto, en esa playa. Pero no funciona, no puede funcionar porque lo que no te explicaron es que para estar vivo el jueguito tiene que cambiar de pantalla. Si no te secás, te apagás, te morís. Así que llegaste adonde no creías que ibas a poder llegar nunca, y te vas a tener que mover.
Acercarse y nunca llegar, decía la canción. No, no tengo la solución, nadie tiene la solución porque el problema no tiene solución. Por eso vinimos a coger.