30.1.24

Estuve triste


He estado triste. He estado triste con una tristeza que vos no te podés imaginar. Una tristeza como si te abrazara una mujer de ciento cincuenta kilos o más pintada de mermelada de durazno, o de naranja.
Tuve una tristeza que no sé de dónde vino y me volteó en la calle de una trompada, me dejó sentado, temblando y confundido, sentado en una calle por la que todavía me cuesta volver a pasar.
Estuve triste, asustado, emocionalmente destruido, viendo cómo el dique de mi ser era incapaz de soportar las filtraciones, los agujeros por donde entraba la tristeza más pura que yo jamás hubiera conocido, la tristeza inundándolo todo, tristeza tapando mis descalzos pies cada mañana, tristeza sobre las baldosas de la cocina.
La tristeza cansa, la tristeza duele además. La tristeza es un agujero por el cual se escapa cada miserable rayito de energía. Te pinchan los dedos de las manos, te dan mareos, querés quedarte en la cama muy quieto sin abrir los ojos, que no comience otro día.
Pude llegar, no sé cómo, a la otra orilla. Nadé y nadé en un agua negra y viscosa y muy fría. Pensé que me ahogaba, pensé que jamás llegaría.
No sé cómo se sale pero se sale, así como un pintor te diría que pintar no es fácil ni difícil, pintar es imposible. Algo, no sé, una lluvia, un chocolate, la sonrisa de un niño, un perro que mueve la cola, un whisky de madrugada en un bar de mala muerte, la espalda de una mujer en bombacha abriendo la heladera, cosas así.
Y entendés que no hay más nada para vos ni para nadie, no hay que buscar nada, te hace bien caminar un poco y un café y mirar el mar, o ver a una mujer por televisión en el canal de cocina preparando puré, agregando leche, manteca, pimienta o quizás nuez moscada, aplastando las humeantes papas de la vida.

4 comentarios:

Beauséant dijo...

Vivir sin darse cuenta, casi por accidente, sí, quizás sea la manera correcta de hacerlo. Yo aprendo de mis gatas, toman lo que hay, son felices con lo que tienen y siempre agradecen una caricia o una palabra de cariño ;)

J. Hundred dijo...

*beauséant! el bueno de eckhart tolle dijo alguna vez ‘he conocido varios maestros zen. la mayoría de ellos eran gatos’. punto para eckhart tolle, y para los gatos desde ya. saludos.

Frodo dijo...

Le tengo una mala noticia, tal vez dos: se pone peor con el paso del tiempo, y yo no tengo la solución.
Ah, por cierto, muy acertado su comentario anterior sobre el (ex) gordo y (ex) gracioso Casero. Pudo pasar al panteón de mis ídolos, se quedó ahí a pocos metros de hacer cumbre.

Abrazos

J. Hundred dijo...

*frodo! usted ya está grandecito y debería saber que el que no tiene la solución, es parte del problema. el pobre casero estuvo a una piña de ser leyenda, son momentos únicos e irrepetibles. más luego, una sombra ya pronto serás, soriano dixit. saludos.