Conocés a una persona, digamos una persona del sexo opuesto, hasta ahí estamos más o menos normal, todo bien.
Vas, salís. Vas a tomar algo, a comer. Lo que se estile, no tiene importancia.
Lo que sí es importante es de qué te habla, la otra persona. Aquí es donde nos volvemos todos más o menos iguales. Porque hay dos tipos de personas, no mucho más que eso.
La persona te puede hablar de tal o cual logro, de cosas que hizo y todavía hace. De cosas que está aprendiendo porque sí, porque le gusta. De cosas que le gustaría hacer.
O. Sino. Te puede hablar de cosas que hace pero que en realidad no hace, porque son parte de un sufrimiento encubierto. Te puede hablar de lo que no hace, de lo que se priva. Lo que dejó.
Por ejemplo, aunque no hacen falta los ejemplos. Una persona que está haciendo un curso de pintura o de fotografía, por estúpido que parezca, está hablando de algo que hace, sería una persona perteneciente al primer grupo. Una persona que habla de una dieta, de lo que no come, o que dejó de fumar, o que corre. Bueno, es una persona que está orgullosa de algo, de algo de lo que se priva, de un sufrimiento. Sería una persona perteneciente al segundo grupo.
Y listo, eso es todo
Si la persona que conociste, la persona que estás conociendo, pertenece a lo que podríamos denominar el ‘grupo 1’. Bueno, tenés que saber que todo termina mal. Tarde o temprano las cosas se arruinan, fatiga de materiales, decadencia y caída, las fuerzas de la naturaleza. Durará un tiempo y luego el avión pondrá la nariz hacia abajo y comenzará a caer.
Ahora, si la persona que estás conociendo pertenece al ‘grupo 2’, entonces parate y andate. No vale la pena, ni lo intentes.
7 comentarios:
A mi me parece adivinar que lo importante, mas allá de su interesante análisis Hundred, es reflejar en esa primera cita la mayor cantidad de sinceridad posible, con el único objetivo de demostrar cuan miserables somos y de esa manera, ahorrarnos el futuro desengaño si es que resultara inevitable.
Y si llegara el momento de detener abruptamente la incipiente relación, bueno, me haría eco de su tan famoso, conocido, aunque tristemente olvidado:
-"Que nos vaya bien a todos"
Siempre un placer visitarlo, me voy que hoy es sábado y debo prepararme para desilusionar a alguna dama.
Es una buena forma de catalogar a "la otra persona". ¿Cómo lo aplicamos a uno mismo? ¿Es posible o terminaría es un suicidio colectivo?
Saludos,
J.
*alberto arenas! yo diría que incluso en la primera cita uno debe apuntar a afearse, empeorar todo lo que se pueda en el sentido más amplio. y de esa forma quedará algún margen para la inconcebible sorpresa de mejorar. pero está usted muy bien rumbeado, tal es la costumbre. saludos.
*josé a. garcía! quedamos así. saludos.
Últimamente lo veo muy bien enfilado para escritor de sitcom.
¿Le gusta Seinfeld? Con esa acidez, así.
*frodo! pero claro que sí, frodo querido. he visto la peli ‘seinfeld, birra, faso’. saludos.
O sea que con las primeras personas se van a terminar.
Y con las del segundo grupo, ni siquiera es interesante empezar algo.
Creo que ese podría ser un resumen.
*el demiurgo de hurlingham! sí, lo que usted dice podría ser un resumen. pero no se olvide, nunca se olvide, cómo podría olvidarlo, que yo lo digo muchísimo mejor. saludos.
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