Sucede cada seis meses más o menos, quizás algo más, nueve meses ponele, que alguien me llama. Suena el teléfono.
–Hola, ¿Juan? –dicen del otro lado. Y es alguien, una chica que fue a la primaria conmigo, o es un muchacho que fue compañero de la secundaria.Van a hacer un encuentro, me dicen. Están armando un encuentro de todos los que fuimos juntos a esa división, a ese grado.
Va a estar éste y éste otro, y ese también, se ríen, se entusiasman.
Me preguntan si voy a ir.
–¿Vas a venir? –dicen, y se hace una pausa.
–No –contesto, y entonces se hace una pausa, otra pausa, más larga. Esperan, del otro lado, que yo diga por qué no voy a ir, que diga que tengo un hijo bobo, que estuve preso por violar chicas muy jovencitas en Parque Patricios, o que tengo unas hemorroides que debo cargar a un costado de mi atribulado ser, en un carrito de supermercado.
Pero no, nada de eso.
Sucede que para ser lo que soy, la inmunda basura que me habita, la repugnante alimaña en que me he convertido, este despreciable ser, tengo que haber venido de algún lugar, de alguna parte.
Y se me da por pensar que cada colegio al que fui, cada persona que me conoció, bueno, son parte del problema. Así que no se ofendan pero no voy a ir, hace tiempo que estoy tratando de dejar de ser yo.
7 comentarios:
Te acompaño en el sentimiento.
Nada más pelotudo que "reencontrarse" con alguien que no me interesó ver en los últimos 20 años, y tampoco él/ella/ellos/ellas se interesó, así que no.
Saludos,
J.
*josé a. garcía! alguna vez me llamó un amigo de la adolescencia y me dijo ‘eh, fenómeno, cómo estás, cómo va la barra’. estimado, te casaste, te divorciaste, desapareciste veinte años. no sé cómo responderte sin que se note demasiado lo estúpido que sos, no sé qué decirte. saludos.
Genio.
(para qué más...)
Alberto Baru
*anónimo alberto baru! qué dice, mi viejo. los piletones, san francisco solano, y yo que pensaba que usted me caía mal. mire lo que vino después.. desierto sin arena, dijo el poeta. ah, el poeta soy yo, qué la duda. saludos.
Cambié mi número de teléfono y mi dirección de mail, además me mudé dos veces.
Me van a encontrar si son de la KGB, que si no...
Saludos,
J.
Sería bueno enviar un impostor a esas reuniones. Que se riera de las anécdotas que cuentan los otros, que inventara detalles que nunca existieron, que brindara, que pusiera cara de melancólico.
El tema es que todos los demás podrían hacer lo mismo, y la reunión se transformaría en impostores que cuentan anécdotas inventadas de profesores que no existen.
Eso y reencontrarse realmente con viejos egresados, es lo mismo
Lo abrazo.
*josé a. garcía! quedamos así. saludos.
*frodo! es muy buena la idea, pero mejor aún la conclusión que podemos extraer. una reunión de impostores sería exactamente lo mismo, con idénticos resultados, que si fuera una reunión de los personajes originales. es una bellísima conclusión, debiera alcanzar. saludos.
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