Recuerda, muchacho, que las mujeres quieren exactamente lo mismo que nosotros, sólo que quince minutos más tarde. Por lo tanto, si eres capaz de aguantar veinte minutos, tendrás a la chica persiguiéndote los últimos cinco.
*El autor se sorprende, una vez más, al descubrir que hay algo para aprender casi en todas partes.
2 comentarios:
Es como jugar a la bolita: cuando empieza el juego, hay que estar atento a cantar "cola canté pri". La guerra de los sexos debe acabar.
mmm qué hambre!
Publicar un comentario