20.11.25

Uno descubre que la felicidad es posible


Entro a un bar de mi barrio, debo ver a una persona pero es temprano así que pienso dejar transcurrir el tiempo de indolente manera, mirar por la ventana sin pensar demasiado en lo que falló, en lo que no salió, en lo que salió mal. Es martes.
Pasan tres minutos, cinco tal vez, y no soy atendido. Tampoco hay demasiada gente, dos o tres mesas ocupadas, alguien fuma, alguien lee un diario intentando averiguar lo que sucedió hace dos semanas.
Entonces viene una chica muy jovencita, con el cabello recogido y cara de dormida. Trae en la bandeja un café chico, una medialuna de grasa, un vaso con agua. Me mira, deja el pedido sobre la mesa y sonríe. Su sonrisa es como un atardecer en la playa.
–Es genial –le digo–, sabías exactamente lo que necesitaba sin preguntarme. Esto viene a demostrar que existe no sé, llamémoslo sincronía, comunión de almas. Esto significa que el amor existe, que hay alguien sobre la faz de la tierra que es ideal para uno, que casi nunca pasa porque vivimos a oscuras nuestras miserables vidas navegando un eterno desencuentro pero cuando pasa, cuando pasa uno descubre que la felicidad es posible. Sos como si te hubiera soñado, venite a vivir conmigo hoy, dejá este trabajo de mierda. Andá a la caja y renunciá. Debés estar estudiando algo, filosofía, psicología, no sé. Yo te voy a cuidar y vamos a ser felices, va a estar bueno, justo cuando pensaba que ya nada bueno podía sucederme. Andá a buscar tus cosas, avisá que renunciás, yo te espero acá.
–No, mirá –la chica sostiene la bandeja abrazada contra su pecho como una coraza, un escudo para protegerse de un absurdo animal–. Yo trabajaba en un bar del centro, me acordé que siempre pedías lo mismo, dejabas propina.

8 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me gusta la contestación de la chica.
A pesar de su cara de dormida demostró ser una buena observadora y tener buena memoria.
Y agradecida con quien le dejaba propinas.
Saludo.

Beauséant dijo...

la vida esta llena de señales, otra cosa es que las señales sean la mar de banales :)

Anónimo dijo...

Extraordinario. Simplemente maravilloso.

Juan Sebastián Olivieri dijo...

El anónimo deja de serlo. Perdón

J. Hundred dijo...

*el demiurgo de hurlingham! tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. si no te tocó ninguna, te está cogiendo tantor. el poeta c’est moi. saludos.

*beauséant! a cada chancho le llega su metegol. saludos.

*anónimo! por fin loco, por fin. saludos.

*juan sebastián olivieri! ‘diego, diego! pasala, que es gol!’, dijo el señor claudio pol antes de entrarle a la sarlanga como un desesperado. qué dice, mi viejo, tanto tiempo. saludos.

LaLa dijo...

jajaja me ha alegrado el día, leer sus relatos hoy es un como un atardecer en José c Paz. lindo por que termina el día pero, una densa oscuridad se aproxima, cariños.

J. Hundred dijo...

*lala! lalísima! qué es de su vida. tengo que confesar que la imagino, a usted, mucho más cerca de recoleta que de josé c. paz. pero qué sé yo, son gustos. saludos.

Frodo dijo...

Se me viene la voz de Jorge Vidal cantando la milonga... "Viejo café nacional, el ciruja fue tu alumno"

Lo abrazo