10.12.19

Pacífica coexistencia


Te digo lo que va a pasar.
En algún momento de tu vida, puede ser antes, puede ser después, es difícil generalizar. En algún momento de tu vida, si querés entre los veinticinco años y los treinta y cinco. Entro los veintiocho y los treinta y tres.
En algún momento vas a tener una desgracia. No, no me comí una gitana con papas españolas, es la vida, es así. Algo malo va a sucederte. Puede ser cualquier cosa. Puede ser que te caigas de la moto y te fractures una pierna en diecinueve pedazos. Puede que vuelvas del trabajo a tu casa y te hayan robado todo. Lo que ahorraste durante quince años, y la licuadora también. Puede ser que tu novia te diga que no te quiere más, que no le importa que se iban a casar. Decidió, ella, que quiere viajar.
Una tragedia, una desgracia, algo malo de mediana o alta intensidad. Salud, dinero, amor, en alguno de los grandes rubros del horóscopo. Va a pasar.
Y entonces. Acá viene la cuestión. Sucedido el hecho hay dos grandes líneas de trabajo. Están los que se enojan, los que se indignan con la vida. Los que no pueden aceptar de ninguna manera la renguera o la calvicie o la pérdida de un familiar. Se oponen con todas sus fuerzas, con todo su ser, a lo que pasa. No lo pueden tolerar. Y están aquellos que de algún modo se sumergen en el nuevo estado de cosas como si fuera una bañera llena de un líquido no del todo amable. No significa que no vayan a hacer algo, vivir se trata de seguir. Pero no muestran un desmesurado y quizás paralizante enojo ante lo que es, no dicen ‘¿por qué a mí?’. Se rinden de algún modo a la situación que les toca y eso, por paradójico que parezca, hace que todo se vuelva más vivible.
Ahora bien. Cuando lo malo suceda, cuando la desgracia ocurra, en ese momento, si no estás atento, entrarás de cabeza al grupo de los enojados, de los resentidos, aquellos que consideran que la vida los ha sentado de una trompada y se preparan para devolver el golpe.
Es un error, eso es lo que te estoy diciendo. Es el momento donde tenés que intentar como te salga, como puedas, aceptar aquello que te está sucediendo. Si no podés hacer eso, bueno, es que no estás todavía preparado. El sufrimiento, el dolor, no fue suficiente. Te hace falta más.

9 comentarios:

Alberto Arenas dijo...

Buen día Hundred.A riesgo de pensar que puede usted sospechar que soy un lector muy básico, me interesa comentarle que apenas terminé la lectura, una frase quedó dando vueltas en mi afiebrada mente:
"La vida se trata de seguir"
Tan simple y cierto, como contundente.
Le envío un gran abrazo Hundred, disculpe que me vaya tan rápido, pero tengo que seguir...

Anónimo dijo...

Che, muy bueno el espiche, y se lo digo como lector básico que soy.
Tan cierto es lo que sostiene que, a esa capacidad de reponerse de la desgracia, del dolor, de la pérdida, algún psicólogo por allí la llamo resiliencia.
Lo comprendí en Cuba, donde es inalcanzable comprar un auto nuevo, cuando vi esos autos de mitad del siglo pasado reacondicionados, reciclados con motores toyota o el que pudieran conseguir, trabajando de taxis turísticos, y uno de ellos me cobró 50 dolares (2 sueldos de ahí) por un paseito de 1 hora.
De nuevo, muy acertado el relato.
Abrazo
Alberto Baru

J. Hundred dijo...

*alberto arenas! la precariedad del texto tenía el único objetivo de escribir esa frase. vivir se trata de seguir, lo abrazo.

*anónimo alberto baru! yo tenía un amigo que se la pasaba hablando de las maravillas de la isla, de la dignidad del pueblo cubano. un día, después de tomar un café, paró en un quiosco y empezó a comprar esos sobrecitos de champú, de crema de enjuague ‘roby’. le pregunté para qué carajo era, me respondió que se iba de viaje a cuba, y que a cambio de un sobrecito de champú se cogía una chica no mucho mayor de quince años. no confundamos coelho con cohelo. lo abrazo.

Anónimo dijo...

Tengo un amigo, Gomez, que cuando me comenta algo y, yo resentido, le contesto cualquier cosa me pregunta: ¿Que tiene que ver el culo con la memoria?
Alberto Baru

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Entonces, convendría tomar alguna contrariedad menor como una tragedia, como algo doloroso. Para evitar que suceda algo peor.

Frodo dijo...

"Solo se trata de vivir" cantó el otro día Litto en la Plaza. Y lo de la licuadora me trajo a la memoria aquello que le ocurrió a Ciro (el Piojos).
Vd. está escuchando mucho rock de acá. Y como dijo el General, mejor que resentir es aceptar.

Lo abrazo.
Salud a sus comentaristas. Cuídelos (no a mí, al resto), ellos y su implacable pluma es todo lo mágico que posee

J. Hundred dijo...

*anónimo alberto baru!

*el demiurgo de hurlingham! la estrategia es tan entendible como buena. y por supuesto no funciona. lo saludo.

*frodo! litto, ciro, es evidente que usted no ha escuchado la banda ‘los totis veglios’. respecto a los que visitan estas precarias playas, me recuerdan una y otra vez que fracasé. quiero decir, imposible olvidarlos. lo abrazo.

José A. García dijo...

Solo el odios nos hará libre. Y, para odiar, no siempre es necesario estar enojado, pero ayuda.

Saludos,

J.

Dany dijo...

No estoy seguro de que siempre haya que seguir......
Ya ve que voy y vengo.....abrazo