10.10.19

Modo moderno


Lo que está errado es lo conceptual, lo que está mal es el concepto. Pero cómo arreglar eso, ir a la fuente. Todo conspira en contra.
A ver. Lo que construye tu personalidad, desde siempre, es cómo enfrentás la adversidad. No, no la adversidad intergaláctica, sino lo que podríamos denominar tu adversidad particular. Y no tiene que ser algo excesivamente grave por suerte, porque si sos cuadripléjico y estás postrado en una cama sin poder tomar un vaso de agua, bueno, está claro que tu adversidad adquiere status de absoluto y requiere de espirituales interpretaciones. Hablamos de cosas que debieran ser algo más triviales, casi casi podrían entrar dentro de la categoría de incordio.
Ejemplos, siempre ejemplos. Qué tienen de malo las abstracciones.
Me refiero a si sos narigón o pelado, o si tenés poca teta (para mamíferos medianos del sexo femenino, si tenés poca teta y sos un masculino está bien). Entonces. Lo que permite la construcción de la personalidad desde la adolescencia, es qué hacés. Con eso, con lo que te pasa y no te convence del todo, con aquello que te parece injusto y te molesta.
Y no sólo ese dulce combate te construirá, te hará lo que sos, sino que además resultará un exquisito motor. Tu fealdad podría propulsarte al estudio del violín o a viajar a Nepal para sumergirte en las procelosas aguas del conocimiento.
Pero ahora no es así. Fijate vos que cambió todo. Y entonces vas y comprás un mechón de pelo de culo de canguro bebé y te lo implantás en la cabeza, o te sacás esa nariz de maldito perico y la pagás, la nueva nariz, en doce cuotas con tu tarjeta bolasplus. Ahora podés eliminar la grasa corporal aplicándote un rayo láser que te va puliendo las nalgas hasta que adquieran la textura del silestone. Podés usar lentes de contacto color verde agua. Podés broncearte con un aerógrafo que te saque ese color de piel de recién salida de un sarcófago sin jamás tener que salir al aire libre para no correr el riesgo que te pique una hormiga. Y así.
Y es justamente eso lo que te mata. La posiblidad del ‘overcoming’ del problema sin tener que poner mucho de vos. Pagás y te emparchan, te quitan, te lijan, te cosen. Pero no estás vos ahí durante el proceso, no debiste enfrentar la alimaña en que te convertiste, no te construiste desde lo que te falta, no creciste.
Igual estás bastante bien, con poca luz desde luego. Cuando yo te conocí eras un repugnante monstruo de pantano, una horrenda mujer. Incogible.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que claridad de concepto; resulta que Ud es tan sabio como lo eran mis viejos:
-Rompete del lomo para conseguir lo que querés o para resolver tus problemas- me decía el viejo.
-El que quiera celeste, que le cueste- recitaba mi vieja, y así uno se iba construyendo en las adversidades.
Lo que me desconcierta y perdone la pobreza de mi hermenéutica, es el parágrafo final
¿Como se metió con un repugnante monstruo de pantano y además incogible?
Lo abrazo sinceramente.
Alberto Baru

Jorge Aureliano dijo...

Dicen por ahi: "Más cómodo nos pusimos, más enfermos nos volvimos".
Lo aplaudo siempre.

J. Hundred dijo...

*anónimo alberto baru! estimado, sólo para responder a su inquietud. puede ser, mucho me temo, que sea un repugnante monstruo de pantano yo también. lo abrazo.

*jorge aureliano! comparto lo que usted dice, no se me ocurre agregar nada. lo abrazo.

José A. García dijo...

La cuestión es tener con qué pagar. Sino ni siquiera podemos pensar en salir del pantano.

Saludos,

J.

Frodo dijo...

Con esa exquisita taxonomía Vd. opaca al sueco Linneo. ¿Sabrá él dónde puedo obtener la bolasplus?

A cambio le dejo una canción:
https://www.youtube.com/watch?v=Urd8LHk8FRI

lo abrazo, opacado por los grandiosos comentaristas que lo siguen.

J. Hundred dijo...

*josé a. garcía! sin guita es peor, sin importar de qué estemos hablando. conste en actas, y lo abrazo.

*frodo! el discreto encanto de la opacidad. después de tanto esfuerzo derramado sobre el asfalto indiferente, buscando la luz. haberlo sabido antes, eso quise decir. lo abrazo como si lo conociera, como si fuéramos amigos.

Juan Sebastián Olivieri dijo...

Es probable que la mejor opción esté en el especimen que haya vivido la etapa de crecimiento desde lo que le faltaba y que, posteriormente, parche mediante, haya perfeccionado el exterior.
Ahí me anoto. Aunque...cómo tener tanta suerte.