12.11.14

Poderes


Entré al bar, me senté, pedí un café y una medialuna de grasa.
Volvió el mozo, con mi pedido.
Levanté una mano, sostuve la palma en alto, como si lo estuviera deteniendo, al mozo, con la palma de mi mano, a una corta distancia. Cerré por un instante los ojos, fruncí el ceño, yendo más y más adentro mío.
–Usted se llama Ernesto Garismendi –dije–. Tiene cincuenta y siete años. Es casado, tiene cuatro hijos.
El mozo negó con la cabeza, sonreía.
–Es increíble, increíble –se acercó un poco–. Acertó todo. ¿Es mentalista, no? Tiene poderes. Hace poco vi un documental por televisión. Había un tipo capaz de doblar una cuchara con la mirada. Otro hablaba con los delfines. 
Asentí, apenas. Miré a otro mozo, que llevaba un pedido a otra mesa.
–El señor es…  –me puse dos dedos de la mano derecha, índice y mayor, apenas apoyados sobre el entrecejo–… Sebastián Irusta, sí. Treinta y seis, no, treinta y nueve años. Divorciado, sin hijos. Tiene un problema en una pierna. Algo que ver con una flebitis, sí…
–¡Increíble, genial! –el mozo dio un saltito–. Vení un momento, Sebastián, este tipo es un genio.
Le explicó, el mozo, al otro mozo. Que no creía, que dudaba.
–A ver, la chica de la caja –dijo Irusta.
Me di vuelta, la miré, estaba de pie, detrás de la barra.
Ahora me puse dos dedos, los mismos dos dedos, en la sien. Di un sorbo al café. Cerré los ojos por espacio de diez o doce segundos.
–La chica se llama Josefina Barralde –dije–. Tiene veintisiete años, está acá desde hace poco. Vive en Villa Adelina. 
–¿Viste, viste? –le palmeó un hombro, Garismendi, a Irusta–. Es genial. Nos podría decir algo, no sé, qué número va a salir en la quiniela esta noche. ¿No?
Dudé por un instante.
–No, bueno, eso no puedo –me puse de pie–. Lo que sí les puedo decir es que el bar se vendió, están todos despedidos. Me mandan del estudio de abogados, traje las liquidaciones de sueldos.

7 comentarios:

Juan Sebastián Olivieri dijo...

¡Genial!
Tenés poderes, Juan. Tenés poderes.

Serendipity dijo...

lujazo el cuento!

J. Hundred dijo...

*juan sebastián olivieri! sí, cuando tenés luz derramás luz.

*serendipity! su entusiasmo es bienvenido.

Mr. Kint dijo...

Bueno, la información es poder, quizás sin el halo de misticismo que se necesita para encantar la monada, pero poder al fin.
Preguntelé sino a Hoover, a Julian Assange o a Luis Ventura.
Lo abrazo.

Zeithgeist dijo...

HJAHAJAHJAHAJHAJ adoro los textos donde uno sabe q esta entrando como caballo y no puede evitar seguir. xD

J. Hundred dijo...

*mr. kint! querer es poder, me dijo alguien, alguna vez. y sin embargo yo quise tanto, y pude tan pero tan poco. lo abrazo en pleno uso de todas mis limitaciones.

*zeithgeist! me encanta hacerla reir. beso su frente.

Bob Harris dijo...

Me hace acordar al cuento del sargento que tenia que informar a al soldado Pérez de la muerte de la madre, los hace formar y les pide que todos los que tienen madre den un paso al frente y cuando lo hacen le dice "usted no Pérez!"
la diferencia es que el tipo lo hace por ignorancia (quzas un defecto de la profesión) pero en el caso de su personaje lo hace de puro Hijo de Putas, lo cual en escala literaria ranquea mucho mejor!


Abrazos