24.12.13

Lo que dice tu remera


         Mi amigo P. me vino a ver. Me vino a ver, mi amigo P. Siempre tenía ideas, P., no tiene nada de malo tener ideas. Las ideas de P., todas las ideas, eran para salir de pobre. P. quería dejar de una buena vez las privaciones, vivir alquilando, laburos de mierda con sueldos de mierda. P. quería tener plata.
         Olvidé decir que todas las ideas de P. no eran, no habían sido nunca, buenas. Las ideas de P. fracasaban.
         Había probado poner un local de venta de panchos, P. Me había pedido plata prestada, y me había pedido que se me ocurriera el nombre, para el local. ‘Pancho Palace’, había sido el nombre que le sugerí. El local, que debía transformarse en un ícono del pancho, como el local donde iba Anthony Bourdain a comer hot dogs en New York, fracasó, sin atenuantes, en menos de tres meses.
         Después había probado fabricar alfajorcitos de maicena, P. En el garage de la casa de un tío que vivía en Wilde. Para inundar los quioscos de la Argentina con alfajorcitos de maicena artesanales. Dijo que tenía un maestro pastelero amigo, un científico del alfajor. El maestro pastelero, el científico del alfajor, el amigo de P., se fugó con los materiales, con el azúcar, con la harina, con el horno que le hizo comprar, y con algo de plata.
         Después había probado fabricar limoncello, P. Tenía una receta maestra. Compró cien kilos de limones en el mercado central, y azúcar, y bidones de alcohol. Utilizaba, para la fabricación, la bañadera de su departamento. Fabricó las primeras botellas. Decidió hacer una prueba, le regaló una botella al vecino del noveno ‘c’, un jubilado que tenía un simpático perro salchicha  llamado Wilson y que tomaba (él, no el perro salchicha) entre tres y cinco damajuanas de vino por semana.
         Murió, el vecino, de un fulminante ataque al hígado. Tuvimos que cargar las botellas de limoncello en el baúl de mi auto, durante varias noches, y tirarlas al río. Todavía hoy si uno va a visitar a P. y pasa al baño a hacer pis, hay un olor, entre pis de gato y desinfectante, que te provoca mareos. Es un milagro que P. no haya ido preso por asesinato.
         Bueno, me fui del tema. P. vino y me dijo que tenía una idea. Iba a fabricar remeras, me dijo, remeras estampadas. No se le había ocurrido a nadie, me dijo. La clave estaba en la inscripción que tuvieran las remeras. Ahí estaba el gancho.
         –Vos que te hacés el escritor –me dijo P.–. Escribime algunas frases para las remeras. Siento que estoy ante la oportunidad de mi vida, Juan.
         Así que me senté el viernes a la noche, con una botella de un digno malbec y unas empanadas que tenía en la heladera desde hacía dos o tres días. Y le escribí las frases en una hoja de papel.

*Remera 1 / inscripción al frente.
         Yo ya fracasé.
         La frase resulta muy útil para los adolescentes del sexo masculino que van a bailar. La frase avisa, al acercarse por ejemplo el portador de la remera, a una chica, que ella no debe disfrutar en exceso el rechazar la invitación del sujeto portador de la remera. El sujeto ya ha fracasado en general,  y puede volver a fracasar en lo particular sin mayores inconvenientes.

*Remera 2 / inscripción al frente.
         Ya dimos.
         La frase avisa, al ocasional interlocutor, lo que el portador de la remera tiene pensado responder ni bien le pidan dinero, ni bien le pidan cualquier cosa, ni bien le pidan algo. Y el 97% de los interlocutores, lo único que quieren es pedirte algo.

*Remera 3 / inscripción al frente.
         No corrás, que es peor.
         La frase es para una remera que debe ser utilizada cuando uno baja a caminar, por un parque, o por una plaza, o a fumar un cigarrillo. La frase hace que el corredor que te cruza, justamente corriendo, abra la boca, haga una mueca de la más profunda contrariedad, mientras descubre que ha estado poniendo su energía las últimas 1.528 mañanas en una actividad carente del más mínimo sentido.

*Remera 4 / inscripción en la espalda
         Ya sé.
         La frase explica que el portador de la remera ya sabe, ya sabe que es pelado, o que su novia es renga, o que pisó un chicle, o que está en medio de una tormenta eléctrica. El portador de la remera no desea que le avisen nada.

*Remera 5 / inscripción al frente
         Tengo miedo.
         La frase explica que el portador de la remera tiene miedo. Tiene miedo a los terremotos y a las catástrofes aéreas y a los ladrones de bancos y a viajar en colectivo y a los boludos en general. Es una remera para alguien que sabe el mundo en el que le ha tocado vivir, y aún así intenta continuar adelante.

         Le di la hoja, a P. Le dije que el viernes siguiente le iba a preparar cinco inscripciones más, para cinco remeras más.
         Te la hago corta. El proyecto fracasó. P. hizo mil remeras de cada una. No vendió ni quince. Para mí que la gente no entendió, no estaban preparados, me pasa lo mismo con mis poemas. P. me escribió el otro día, se fue a vivir a lo de una prima, en Canadá. Trabaja en una panadería.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Marche un "yo ya fracasé" para mí en varios colores. Estoy pensando qué podría decir atrás ("ya sé" es una buena opción) como un mensaje doble aunque aumente el costo de la prenda.
Un abrazo.
Mr Kint (sí, desde usuario anónimo)

PS . Ah. Ya que estamos podemos largar la discusión si Onetti y Benedetti pueden jugar juntos.

J. Hundred dijo...

*anónimo (mr. kint)! las remeras fueron pensadas para no tener que decir tantas pero tantas cosas. ah, en mi línea de cuatro yo jugaría con onetti, saer, abelardo castillo y carver, ponele. anthony burgess y bukowski seguro, en el mediocampo. martin amis, houellebecq, richard ford, john cheever, no sé. kurt vonnegut puede jugar tranquilamente, y norman mailer también. quizás john fante, o jonathan franzen. cambie los jugadores que considere apropiado, arme el equipo como le parezca a usted. somos todos técnicos. igual, creo que no pondría a mauro icardi, pero más que nada por la cara. lo saludo.

Viejex dijo...

Me apena que la idea no haya prosperado. A medida que lo leía avizoraba el éxito y me entusiasmaba con la idea de sugerir otra frase...concretamente: me encantaría ver a una pechugona, con una remera que rece: Lindas tetas, ¿no?.

Bob Harris dijo...

Los redondos (disculpen mis fuentes):
“Ya nadie escucha tu remera” tic tac efímero (y tdo lo demás)
La cuestión es la idea de la pancarta permanente, el DNI ideológico, la expresión de deseo a grito pelado, que significaría la inscripción de una remera que usamos, o… la de todas las de nuestro placard!, no va, no funca, es demodé, grasa.
El problema de su amigo P fue el mal marketing.

J. Hundred dijo...

*viejex! está muy bien la sugerencia. también se podría hacer una remera que diga ‘me olvidé las tetas’, para una chica que, justamente, no tenga mucha teta. se me ocurre otra, por ejemplo, para una chica muy delgada. la inscripción sería ‘yani’, y cuando alguien que la conoce le pregunte por qué yani, si ella no se llama yani. ella puede contestar: ya ni culo tengo. y así podríamos seguir. lo saludo.

*bob harris! me gusta lo que dice sobre el dni ideológico, la pancarta permanente. sucede, mucho me temo, que la gente lo hace todo el tiempo, podríamos pensar en tatuajes, en modismos, en maneras de hablar, en el deporte que practican o la actividad que ejercen o la música que escuchan, en lo que suponen que son, el curioso rol que representan. y hasta pueden creer que han logrado cierto grado de sofisticación, pero resultan igual de imbéciles. para resumir: si se trata de ser un pelotudo, no hace falta ninguna remera. lo saludo.

MaGa dijo...

Todos, absolutamente todos los ítems que visitó P. los visité yo también: primero los alfajores de maicena en México; después el limoncello, que según yo nadie conocía allá, a continuación las remeras con diseños originales y por último el puestito de panchos, ya en Uruguay.
Naturalmente casi ninguno pasó de ideas, esas ideas que "no se le ocurrieron a nadie antes".
Menos mal que soy creativa publicitaria, menos mal...

J. Hundred dijo...

*maga! habrá que reescribir el refrán, el que habla de dos cosas que podemos estar seguros. no, no la muerte, y no, mucho menos los impuestos. de dos cosas podemos estar seguros: que todos en algún momento fabricaremos alfajorcitos de maicena, y que todos nos creemos creativos. la saludo con ternura.

Anónimo dijo...

¿por qué no escribís "Pablo", "Pedro"? Eso de P. es tan neófito al blog...
Incluso sie escribieras Pablo Rodriguez, nadie sabría quien es...

Viejex dijo...

Hundred, no le responda todavía al caballero neófito. Le ruego me otorgue unos minutos de gracia para ir a comprar pochoclos...

J. Hundred dijo...

*anónimo! pregunta pedro pablo rodriguez si tus papás son parientes.

*viejex! be my guest.

Viejex dijo...

Si me está invitando a responderle a mí, debo confesar que no soy digno. De verdad.

Me quedé como el que espera una pelea de box durante una semana, mira todas las peleas de fondo que no le interesan, y llegado el gran momento, el que uno esperaba que gane noquea al otro en el primer minuto del primer round.

Pero lo cierto es que esta respuesta en forma de pregunta está muy bien. Breve y contundente. No hacía falta más.

Lo saludo con respeto, campión