30.10.13

Si estás triste


         No vayas a la India, no, no hace falta.
         Si llegás a tomar un vaso de agua de la canilla, en la India, te vas a cagar encima una semana.
         No te cojas a tu prima. De ninguna manera, aunque esté divorciada.
         Si te cogés a tu prima te vas a arrepentir, y ella se va a arrepentir. Y se van a tener que seguir viendo en Navidad, en los cumpleaños de los hijos. Se van a sentir siempre basuras sin alma.
         No te hagas socio de un gimnasio. En los gimnasios la gente está más triste que vos, en los gimnasios la gente se quiere matar, mientras transpiran. Correr en cinta es estar muerto, es peor que estar muerto, es estar muerto y seguir transpirando. Ball and chain, el hámster en la ruedita.
         No te pongas tetas, si sos una chica, no te pongas pelo, si sos un muchacho. Y no te pongas tetas, si sos un muchacho, ni te pongas pelo si sos una chica, eso sería todavía peor.
         No hagas cursos de fotografía, no hagas cursos de pintura. No vayas a talleres literarios, no estudies teatro. Jamás tuviste nada para decir, la más mínima vocación artística. De chiquito, en el colegio, odiabas a la profesora de piano.
         No compres un perro, no compres un gato.
         No planees vacaciones donde tenés pensado ser otro, si vas a esquiar te romperás una rótula, ya sé que en el Caribe el mar es turquesa, pero te está esperando un aguaviva que te va a dejar los huevos como dos damascos.
         Si estás triste sentate en un bar, a la mañana, bien temprano. Pedí un café con leche y mirá por la ventana. Ahí estás vos, eso es la vida. Lo demás lo vamos viendo.

7 comentarios:

Rob K dijo...

Yo estaba bárbaro. No debí leer esto, me entristeció.

Viejex dijo...

Leí esto y recordé a un querido profesor de mi secundaria, un tipo apasionado por la literatura. En particular recordé cuando nos habló de San Agustín y la cita que transcribo:

Noli foras ire, in te ipsum redi; in interiore homine habitat veritas

(No huyas, vuelve a ti mismo; en el interior del hombre habita la verdad)

No interprete con esto que yo afirme que usted es un santo. Mejor interprételo como que creo que es bastante sabio.

Saludos, Hundred.

J. Hundred dijo...

*rob k! permítame responderle con una breve semblanza, no quisiera yo hacerlo perder su valioso tiempo. en la facultad, hace algunos años (sí, yo fui a la facultad, no, no importa la carrera, para qué fui, quería ser algo, me pareció, que para ser algo, había que estudiar, no sabía, en fin). en un examen, sala llena. el profesor escribió dos preguntas en el pizarrón. y dijo: el examen consta de dos preguntas, para aprobar hay que contestar bien las dos preguntas. está claro?
alguien, un alumno, levantó la mano y preguntó: profesor, yo la pregunta 1) no la sé, pero si contesto la 2) muy pero muy exhaustivamente, puedo aprobar igual?
el profesor se acercó al alumno, y le hizo una marca en la hoja. ya había reprobado.
lo que le quiero decir, es que algunas veces puede ser de utilidad entender la consigna. el pobrísimo fragmento que nos ocupa se titula, como usted verá, ‘si estás triste’. agrego yo, entonces: si estás alegre, para qué borla lo leés? lo saludo.

*viejex! father, forgive them; for they know not what they do. lo saludo bíblicamente.

Dany dijo...

La tristeza nos vendió muy bien la idea de que tiene su encanto pero.
peor es la euforia desatada disfrazada de alegría esa que por ejemplo se puede ver en el carnaval carioca de los casamientos.
Buen texto! Abrazo Juan

J. Hundred dijo...

*dany! la impostada alegría no es otra cosa que miedo, mucho miedo, y un desde ya ridículo pero no por eso menos notable ejercicio de la voluntad. lo abrazo.

Tutte dijo...

No hay nada como un desayuno bien temprano un domingo en un bar de barrio observando la nada misma por la ventana...
Las mas importantes decisiones de mi vida las tome ahi...
Y las mas grandes cagadas que me he mandado, la decidi ahi...

J. Hundred dijo...

*tutte! mire, no es mi intención resultar dogmático ni fundamentalista, deseo llevar un mensaje de amor y esperanza. estar acompañado puede ser, en algunos casos particulares, una placentera experiencia. pero como si se tratara del dulce de leche, conviene no abusar. lo saludo.