20.7.22

A lo nefli


Él entró a robar el banco, esa sucursal de Villa Urquiza, con otros tres tipos. Intercambió un par de palabras con la cajera de la caja 4. La verdad que a pesar de la adrenalina del momento la piba le encantó. Le hizo acordar a una chica que había conocido en la primaria, una chica que se llamaba Bettina.
El robo se complicó, un guardia se puso nervioso y uno de los muchachos tuvo que rematarlo de un tiro. Escaparon con poca plata. Un mal día.
Al mes, haciendo las compras en un supermercado de Boedo un domingo a la mañana, la vio, a la cajera. Se animó a hablarle, pensó que la piba se iba a asustar. Pero no, la piba sabía que era él, se acordaba de su rostro perfectamente. Él la invitó a salir, ella aceptó.
Empezaron a verse, un amor apasionado, total, inoportuno pero aún así. Como en las películas.
Él quería cambiar, dejar la mala vida. Se anotó en la nocturna para terminar la secundaria, sentía que se venía grande y quería ser papá. Ir a trabajar y volver y que su señora le estuviera preparando una cena caliente. Ver la televisión. Ella quería participar de algún robo, que la dejaran manejar el auto aunque sea, andar armada, tomar cocaína desde tempranito. Tirotearse con la policía.
Se terminaron separando. Él terminó la secundaria, y pensó que quizás podía seguir estudiando, quería ser abogado. Consiguió un trabajo en un estudio donde no les importaba que tuviera antecedentes. Alquiló un departamentito más grande por San Cristóbal. Los sábados iba al cine a cualquier shopping en la función del mediodía, y después se iba a visitar a su mamá en Ituzaingó. Volvió a hablarse con su hermana, jugaba con sus sobrinos.
Ella se fue a vivir a Barracas, a una casa tomada que parecía un conventillo. Empezó a salir con un pibe de la banda de él, un pibe que andaba todo el día empastillado y que tenía una poronga desproporcionada para el resto de su cuerpo tan huesudo, tan flaquito. Un chico que cuando venía demasiado subido en anfetas la obligaba a prostituirse por poca plata. Le gustaba, al pibe, sentarse y verla coger con otros tipos. Vendían drogas por la zona oeste, cada tanto robaban alguna motocicleta, entraban en la casa de algún viejo y le robaban los ahorros.
Él se empezó a cansar de ir todos los días a la misma oficina. Se trabó en la carrera, le empezó a doler una pierna, flebitis. Andaba corto de guita. Ella estuvo internada por sobredosis, cayó en cana dos o tres veces. En una revisación le dijeron que tenía sida.
Y nada. La mejor forma de vivir es seguir siendo más o menos lo que sos. Anhelar ser otro, cómo no, y no serlo nunca. Podés creer en el karma si querés, en la reencarnación. También los viernes a la noche podés pedirte una pizza.

8 comentarios:

Alberto Arenas dijo...

Las veces que quise ser otro terminé aburriendome. Es quizá, salvando las obvias distancias, como irse de vacaciones: está bien por unos días pero después de sacarse las ganas uno anhela paradojicamente retornar a la vieja y querida rutina de la cual estaba escapando.
Me contagió las ganas de pedirme una buena pizza este viernes, de las buenas, de las de antes, con una cerveza negra.
Le envío un gran abrazo Hundred.

J. Hundred dijo...

*alberto arenas! las veces que habré querido ser otro para poder envidiar ser yo.. no, qué sé yo, por decir algo. qué importante la pizza, por dios bendito y la virgen que llora lágrimas de aperol. saludos.

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Pedir una pizza puede ser una salida o por lo menos, olvidarse mientras se la come que no hay salidas.
Saludos.

J. Hundred dijo...

*el demiurgo de hurlingham! cuando llegan los temas de fondo, cuando la gente choca con el sinsentido de la vida, algunos van a la india en busca de respuestas. otros pedimos una grande calabresa en la continental. son maneras, saludos.

Frodo dijo...

En algún momento supe ser Walter White, ahora soy Thomas Shelby y estoy estancado en la temporada 3.

J. Hundred dijo...

*frodo! es muy importante, por ejemplo, cuando thomas va a consultar a la bruja en la caravana porque le mataron a la mina. y cuando sale el amigo que lo alcanzó hasta ahí le pregunta cómo le fue. y él responde algo como ‘la religión es una respuesta tonta a una pregunta tonta’. de todo se aprende, pequeño saltamontes. saludos.
https://www.youtube.com/shorts/buh3gjvKAOM

WOLF dijo...

"Desconfío del deseo de ser otro, es decir, desconfío de ese "otro" que quiere ser el que soy ahora..."
Leído por ahí...

J. Hundred dijo...

*wolf! jamás quise ser otro, a pesar de las tantísimas veces en que me hubiera gustado no ser yo. es bueno saber de usted, saludos.