30.8.21

No deja de ser curioso


Espero el día justo, sé que está el dinero para pagar las jubilaciones y los sueldos de los empleados públicos. Entro al banco a la mañana, llevo puestos anteojos negros, me tapo un poco la cara con una bufanda.
El guardia toma café en un vasito de plástico, alguien en la cola lanza un chistido de impaciencia, le parece que los empleados lo hacen a propósito, eso de no atender con la velocidad que deberían. Cuando vos no manejás el ritmo de tu trabajo, porque la gente viene cuando quiere y sigue viniendo, cualquier excusa es buena para hacer una pausa. Como si hasta se saludaran con alguien en cámara lenta.
–¡Al suelo, al suelo todos, no se hagan los héroes! ¡Esto es un asalto! –me subo a un mostrador de un salto y grito. Señalo a uno que permanece de pie, no atina a moverse del susto– ¡Vos también, pelotudo! ¡Qué te pasa!
El policía intenta sacar el arma pero se le cae de las manos, una señora se pone de rodillas y llora. Alguien grita: ¡Por favor tengo familia, no me mate!. 
O en el subte, un día de semana a las nueve de la mañana. En la B, ponele, cuando el subte está entre Pueyrredón y Pasteur y el fastidio se puede sentir como una nube gris y pegajosa que nos envuelve, nos aturde, nos abarca.
–¡Tengo una bomba! –grito– ¡Esto es una reivindicación para la libertad del pueblo rumano! ¡Todos al piso, vamos a volar por el aire!
Se oyen gritos del terror más puro, caen los cuerpos unos sobre otros, ni siquiera hay lugar para tirarse. La gente golpea las puertas pidiendo ayuda.
Lo que me jode, la verdad, lo que no consigo entender es que después de todas las cosas que juré que iba a hacer y que no hice, todas las promesas incumplidas, bueno, la gente me sigue creyendo. Yo ya ni me presto atención.

5 comentarios:

José A. García dijo...

La gente en masa es estúpida, por eso te creen.

Y de manera individual también lo es.

Cuando sé que tengo que viajar en subte como durante los dos días previos bastante garbanzos, porotos y afines, para desquitarme con todos los hijos de puta que alguna vez me clavaron el codo en el hígado o en los riñones. Lo lamento por las víctimas colaterales, pero alguien tiene que sufrir.

Saludos,
J.

Laura B. dijo...

De los creadores de "las peleas no son para ganarlas": "un relato, a priori, se cree". Para la suspicacia siempre hay tiempo. Toda una vida.

Abrazo

J. Hundred dijo...

*josé a. garcía!

*laura b! hay que tener cuidado con pasar de la condorito a zizek demasiado rápido, porque eso la puede dejar en un estado confusional severo. quiero decir que no estoy de acuerdo con su ‘un relato a priori se cree’. pero tampoco estoy de acuerdo con que scaloni aparezca en cada entrevista con un muffin de pelo cada vez más poderoso en la parte de adelante de su absurdo cráneo. quiero decir, no estoy de acuerdo con tantísimas cosas, y eso no tiene la menor importancia. y de paso no quería perderme la oportunidad de molestarla, desde ya. es muy bueno saber de usted, la abrazo con energía.

Frodo dijo...

No sabía que al pueblo rumano se le daba por las bombas. Creí que eran más de los castillos y las chupaduras de sangre

J. Hundred dijo...

*frodo! he tenido la oportunidad de conocer algunas señoritas rumanas que se dedicaban a la tirada de goma. pero esto no nos debiera llevar a sacar ningún tipo de apresuradas conclusiones. lo saludo.