12.12.14

Molestar y doler


Repasemos.
Hay cosas que te van a molestar, y cosas que te van a doler. El problema es que la gente se confunde. La gente va y confunde, lo que le molesta con lo que le duele, lo que le duele con lo que le molesta. 
Y es un problema, dije, porque lo que hay que hacer, ante ambas situaciones, es bien diferente.
En líneas generales, por cierto, tampoco podemos ir caso por caso. En líneas generales, entonces, decía. Ante la molestia, ante lo que molesta, uno debe amigarse. Sí, claro, con la molestia. Uno debe, lo digo como puedo, lo digo como me sale, sintonizarse con esa molestia, y de esa forma, entonces, la molestia molesta menos, mucho menos. O no molesta. Ante el dolor es distinto, pero básicamente lo que hay que hacer, cuando duele, es primero evitar, alejarse del dolor, tanto como se pueda, y recién entonces, acorralado como un jabalí contra el río, combatir. Pero nunca en exceso, sería, si se tratara de un combate de boxeo, de devolver la trompada, al dolor, una suerte de palo por palo.
Ejemplos los que quieras, ejemplos miles. Si escuchás a las dos de la mañana el ruido del aire acondicionado de tu vecino, eso es una molestia. No luches contra el ruido, hacete amigo de ese ruido. Ese ruido será lo que te permita descansar como un bebé. No le toques el timbre a tu vecino, no vayas a ninguna reunión de consorcio, no discutas. Si acariciaste a un perro y te mordió la mano, eso es dolor. No lo sigas acariciando, podés retirar la mano. Si el perro insiste en volver a morderte, aplicale una patada en el hocico, corta, fuerte, la famosísima ‘patada de chancho’. Tampoco saques un .38 corto que te dejó tu abuelo, y le pongas, al perro, tres tiros.
Eso es todo lo que tenés que saber. También es importante que vayas entendiendo, en el mientras tanto, que la vida no es mucho más, está hecha básicamente, de cosas que te molestan, y cosas que te duelen.
El sufrimiento vendría a ser, como los asientos tapizados de cuero de los automóviles. Opcional.

4 comentarios:

Alelí dijo...

Nada que agregar.

Salvo que de tanto en tanto no duele ni molesta. Hay un silencio caótico y todo se vuelve bello.

Pero hay que estar atento. Para eso está la mordida de los perros.

Beso Juan!!

J. Hundred dijo...

*alelí! ‘hay un silencio caótico y todo se vuelve bello’. nos vemos ahí. le mando un beso en la frente.

Mr. Kint dijo...

Como acostumbra, usted expone una teoría que a aparenta ser de lo más acertada e incisiva. Pero la monada, digo los muchachos como yo, que leemos y nos rascamos la coronilla, y volvemos a leer, y seguimos sin entender casi nada. Bueno, para esos, con un solo ejemplo no nos alcanza, como en este caso. Intuyo que aquí la clave está en el discernimiento, en saber qué es molestia y qué es dolor. Sobretodo porque uno tiende a ir normalizando e incorporar lo que le sucede, y puede llegar un punto en el cual no sabemos si es que dejó de doler o que te acostumbraste.
O si te acostumbraste será que no era dolor, no sé. Lo voy a volver a leer.
Lo abrazo.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! lamento su comentario. pareciera que, sus palabras, siguen aquella precaria línea argumental que cantaba el señor diego frenkel, cuando entonaba ‘hacete amigo, hacete amigo del dolor..’. se refería desde ya, sin excesivo vuelo poético, a hacerse romper la cola. lo abrazo con desinterés.