6.8.14

En el Ministerio


Ministerio. Interior de un antiguo edificio. Tarde, casi las siete de la tarde. Interminable y ancho y desierto pasillo. Piso de baldosas negras y blancas, rombos podría decirse, según cómo se las mire. Frente al ascensor, un hombre de más o menos treinta años. De traje, peinado hacia atrás con gel. El traje es azul oscuro, la corbata es azul, pero más clara. Camisa blanca, zapatos con suela de goma recién lustrados, o nuevos. Estamos en el quinto piso del ministerio. El hombre será el ‘Hombre 1’ (H1), espera el ascensor. Vuelve a tocar el botón. Duda por un instante si meter las manos en los bolsillos del pantalón.
Quien se acerca es un hombre de unos cincuenta años, semicalvo y bronceado. Usa un saco sport, camisa rosa pálido, pantalón pinzado. Usa unos lentes muy finos, sin marco. Será, en adelante, el ‘Hombre 2’ (H2). Se acerca al H1, tiene la intención de abordar el mismo ascensor. 
Como ha terminado el horario laboral, en el pasillo hay algo menos de luz. Una persona con uniforme de limpieza, a lo lejos, arrastra un gigantesco escobillón con ondulantes movimientos y pasmosa lentitud, como si estuviera obligando a dar pequeños pasos a un caprichoso animal.
H2: Hola.
H1: Hola, qué tal.
H2: El Subdirector se cruzó mal con el Director. Pero mal.
H1: ¿Por?
H2: El Subdirector le dijo al Director ‘a mí no me importa a qué Diputado le chupaste la pija. Yo estoy en planta hace treinta años, acá tus contactos no corren’.
H1: ¡Uh! Le fue directo a la yugular.
H2: Sí, pero el Director le dijo ‘vos te cogías a la de Presupuesto, si no no estarías acá. Eso lo sabe todo el mundo’.
H1: ¿La de Presupuesto? Para mí le daba a la vieja de Logística. Cuando todavía era cogestible, digo.
H2: Nooo, Logística no. Presupuesto y Logística tienen un pacto. Nadie se puede coger a nadie cruzado. Fue acordado hace mucho, esas cosas se respetan.
H1: ¿Y Planeamiento?
H2: Planeamiento solamente tiene contacto con Desarrollo, desde que los cambiaron de piso.
H1: Y desde que la Gerente de Informática corrió con un cuchillo al capo de Legales. Lo corría por el pasillo y le gritaba ‘¡Te pensás que nos podés trabar el expediente, hijo de puta!’.
H2: Acá la papa es lo que dicen los Regionales. Si los Regionales dicen que no se jode, te imaginás que de Proveedores hacen buena letra.
H1: Pero mirá que el Gerente de Proveedores se la juró al Jefe de Sistemas.
H2: Sí, pero después se reunieron los Directores, y pidieron hablar con el Jefe de la Oficina Nacional. El Jefe de la Oficina Nacional les dijo: ‘Pónganse de acuerdo porque si no los echo a los dos, y ustedes en la calle no vuelven a ganar estos sueldos en la puta vida. Manga de forros’.
H1: ¿Y?
H2: Se quedaron mudos. Se tuvieron que dar la mano. Hasta prometieron ir a almorzar juntos.
H1: No me los imagino almorzando. Salvo que vaya también el Director de Provincias. O si obligan a ir también a los Jefes de Área, para matizar un poco.
H2: Sí, los Jefes de Área por lo menos arman algún partido de fútbol cada tanto en las canchitas de Salguero. Para que los pibes se conozcan, interactúen. 
H1: Igual hay que ver qué pasa después de las elecciones. A los Subdirectores se les suele pedir la renuncia. Los Diputados que renuevan necesitan lugares donde meter a su gente.
H2: Che, ¿vos sos asesor de Ramírez, de Proyectos, no?
H1: No, yo estoy con Suárez, en Control de Gestión. Me efectivizaron hace poco. 
Se escucha el ruido del ascensor, como si aterrizara una oxidada y exánime nave espacial.
H2: Qué suerte, ahí vino.
H1: Me dijeron que para la noche está anunciado lluvia.

1 comentario:

Mr. Kint dijo...

Es que por lo general en olvidados edificios de relegadas áreas de algunos Ministerios las espera del ascensor suelen ser eternas.
Al final con el tiempo uno aprende a no realizar demasiados intercambios de este tipo en esos pasillos públicos.
Lo saludo