18.5.13

Sueño que estoy muerto


         Sueño que estoy muerto. Nada, eso, estoy muerto, y el mundo sigue existiendo. Veo todo con claridad, perfectamente. Hay árboles y flores, perros que ladran y mueven la cola, llueve en alguna ruta mientras alguien conduce y escucha música clásica en la radio. Creo que Shostakovich. Alguien fuma, alguien da la primer pitada a un cigarrillo y siente que el mundo se ordena. Alguien asoma la nariz a un café con leche y deja que el delicioso humito ascienda por sus fosas nasales. Risas, oigo risas de niños pequeños, risas como pedacitos de magia.
         Todo está allí, todo lo que siempre me gustó de estar vivo está ahí, pero yo no estoy, porque estoy muerto. Quiero gritar, quiero decir algo al respecto pero no me sale nada, muevo los labios, tenso las venas del cuello, pero soy un televisor en blanco y negro en mute.
         De pronto me despierto. En realidad no me despierto, me despiertan. Moni me está tocando un hombro.
         –¿Eh? –digo– Qué hora es.
         –Nada, las cinco de la mañana –pasa una mano por mi sudado torso–. Me pareció que llorabas. No puede ser, decías, puta madre, no puede ser. Estoy segura que decías eso.
         –Ah, sí.
         –¿No me traés un vaso de agua? Estoy muerta de sed.
         –Claro –me siento en la cama. Me pongo de pie. Voy a la cocina. Abro la canilla. Lleno un vaso con agua. Vuelvo. Doy un sorbo, al  agua, al vaso, para que no se me vuelque mientras camino por el pasillo. Le paso el vaso a Moni, que está sentada contra una almohada.
         –Gracias –dice–. No sé qué haría sin vos.
         –No sé –digo–. Supongo que te irías a buscar el agua vos, seguirías.

13 comentarios:

Mr. Kint dijo...

Juan, leo su texto anterior, leo los comentarios, leo este último texto, qué decirle. Gente seguirá viniendo a su sencillo espacio con los más variados objetivos. Algunos esperan un final único además de inesperado, algo que los tome con la guardia menguando hacia el final del texto, qué sé yo, Kesyer Soze es el lisiado, es Mr Kint, por ejemplo. Otros buscarán en cada párrafo un sopapo, o una revelación, una lógica de profundidad desgarradora y luminosa al mismo tiempo; yo les diría que googleen una charla entre Bohm y Krishnamurti, ponele.

Otros nos damos una vuelta en busca de una historia, apenas, un arroyito de inventiva donde pueda uno mojarse un poquito los pies, salpicar alguito, jugar tan sólo, salvarse. En fin, lo que le digo, ¿los que venimos a romper las bolas en qué fila nos ponemos?
Un abrazo para usted.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! permítame responderle con una semblanza. en alguna oportunidad, hace algún tiempo, cogía yo con una señorita. la cogía regularmente, una vez por semana, o dos. ahora bien, entre las cosas que me han sucedido, a mí, en mi particular, quizás intransferible via crucis, es que me he visto obligado a pasar largos períodos de sexual abstinencia. más ganas tenía yo de fornicar, menos voluntarias se hacían presentes, en fin, la historia de mi vida, basta que yo desee algo, para no tenerlo. sigo, no lo quisiera aburrir. por lo tanto, una de mis especialidades, cuando conseguía una mujer, erar cogerla, cogerla intensamente, cogerla como un embravecido chancho pecarí según alguna vez se me ha escuchado decir. le ponía, a la susodicha, unos buenos tres polvorones cada vez que nos veíamos. le dejaba la vagina en carne viva, la tipa se pegaba unas acabadas que quemaban el parquet, y así. faltó aclarar que la mujer en cuestión no era particularmente agraciada, desde lo que se ha dado en denominar ‘belleza’ según los cánones de la época, ni joven, ni tenía mayores habilidades para la fornienda. la cogía yo, entonces, con intensidad, con particular esmero, por todo lo que no había cogido de chico, pensando en la próxima sequía, porque soy de dar bíblicamente, podríamos decir.
ahora bien, sucedió una noche, quizás yo me había excedido con la porción de ravioles con bolognesa y el flan con dulce de leche, quizás no me cayó del todo bien el tercer whisky de calidad dudosa, quizás estaba yo preocupado por la performance de mis acciones en el índice nikkei, quizás la susodicha tenía una halitosis particularmente fuerte, o una bombacha amarilla con el elástico demasiado vencido. el asunto es que le eché solamente dos polvos, con mi acostumbrada solvencia, y luego, después de tomar un poco de agua, me dispuse a dormir. descubrí entonces que aquel esperpento me miraba de reprobatoria manera, como diciendo ‘flojo, eh’.
lo que le quiero decir, y quizás nunca mejor hecha la analogía, es que los genios solemos establecer estándares tan elevados, que bueno, después eso mismo se nos pone en contra.
ahora sí, un abrazo.

Unknown dijo...

En el caso de hoy los comments son mejores que el cuerpo del post.
Me asusta que nos piense como una señorita no “particularmente agraciada” pero llego al terror pensándome/nos en una “bombacha amarilla con el elástico demasiado vencido”
Un abrazo

Anónimo dijo...

Mäs de lo mismo, pero al menos corto y con buen final. 2 min razonablemente bien gastados.

J. Hundred dijo...

*bob harris! hace poco tuve que cambiar el celular, el mío había dejado de andar, murió de repente, de muerte natural. fui a una casa donde venden celulares. me atiende una señorita con 350 mhz de teta de cada lado. yo quería un teléfono con tapita, porque me parece práctico que el teléfono tenga tapita, no sé. luego de explicarme una y otra vez que no hay más teléfonos con tapita, y mirarme como si yo no fuera mucho más que una anticuada bolsa de excremento, la chica, para consumar la venta, decide preguntarme: ‘vos sos más de imágenes o de música? así definimos el equipo’.
‘mirá, pichona, yo soy más de pedir pizza en la continental’, respondí.
no, ya sé, quizás no tiene mucho que ver con nada, pero a alguien se lo tenía que contar. un abrazo para usted.

*anónimo! que nos vaya bien a todos.

Nico dijo...

Gracias Juan, por tanta genialidad junta en un sólo lugar.

gen71 dijo...

Me gustó mucho el texto, y como no tengo mucho mas para reflexionar al respecto, me parecía medio zonzo comentar.
Lo pienso 20 segundos, y me parece 3/4 zonzo no hacerle saber que me pareció muy bueno.

Simplemente eso.

Saludos!

J. Hundred dijo...

*nico! su generosidad es excesiva.

*gen71! muchas veces uno ni siquiera se da cuenta lo bien que puede hacerle a otra persona, con sólo aceptar ser un poco zonzo. yo lo saludo, yo le agradezco.

Dany dijo...

Alguna vez hablamos de lo importante de una mina como Moni. Lo sostengo.
Abrazo Juan!

J. Hundred dijo...

*dany! he tenido la suerte de poder decírselo, alguna que otra vez, a la mismísima Moni, mirándola a los ojos. abrazo de gol, diría el mariscal.

Anónimo dijo...

Y porque sabemos que cualquier gil puede llevar un vaso, es por lo que agradecemos y disfrutamos ser Ese gil dichoso de la oportunidad de serlo con la "Moni" de cada uno.

Gracias por todos y cada uno de tus relatos que nos compartis, a mi me llenan esa necesidad de leer, sorprenderme, y viajar un poco a otro mambo. Posta, gracias.

Guillermo Altayrac dijo...

¡Uh, un anónimo amable!
Primera vez, ¿no?

Anónimo dijo...

En Occidente, al menos, de los cafeconleche no sale humito, a lo sumo vapor. Y los televisores en blanco y negro no tenían la función "mute". No se lo comento de forro, por favor no piense eso. Pero es que siempre me obsesionaron los pequeños detalles que torpedean una historia. Puedo creer fervientemente que Superman vuela, pero me aruina la infancia verlo empujar un transatlántico con las manos¡pasaría a través!¿Cómo otorgarle entidad al adiós del galán si cuando pega un portazo abandonando a la desdichada las paredes (cartón de utilería) se sacuden como la papada de Susana? Si, ya se que es un problema mío, pero tenía ganas de comentarlo. Un abrazo.