Cuando veo a alguien con un tic nervioso, cualquiera, veo alguien a quien el cuerpo, al menos una parte por ínfima que sea, se le ha rebelado. Una ceja, por ejemplo, ha decidido manifestarse con las herramientas que le fueron dadas, como sólo una ceja podría hacerlo, desobedeciendo un orden, un mandato superior.
Esto es para los que creen que el mundo puede ser simplificado, para su entendimiento, al arbitrio de la voluntad, al esfuerzo y punto.
2 comentarios:
comienzos de revolución
*miguel quinteros! algunos van y bajan de la sierra maestra, otros logran dejar de mover una ceja. todo no se puede.
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