20.5.22

Transparente, cristalino


Está claro que es verdad lo que se dice, la frase, aquello que después de los treinta años tenés la cara que te merecés. Es como si te hubieras ido tallando tu propio rostro.
Lo interesante, lo que es fácil de interpretar, son las intenciones de una persona. Vos ves a una persona que te saluda y sonríe, pero quizás no te saluda ni sonríe. Detrás de ese saludo, detrás de esa sonrisa ves que te detesta, o que está esperando que te caigas por las escaleras y te rompas una pierna en diecinueve pedazos, o que no ve la hora de terminar de preguntarte cómo estás tanto tiempo qué es de tu vida, para pedirte prestado dinero.
Lo que subyace, lo que habita bajo la superficie, la verdadera intención. La esencia es algo que siempre resulta evidente para mí. Veo a alguien y sé que detrás de su amabilidad hay rencor, o que bajo esos suaves modales habita la violencia, las ganas de hacer daño, o que bajo esa tierna mirada se esconde el espanto de envejecer, el horror de estar vivo, la codicia. Y así.
Por eso te voy a pedir por favor que no me subestimes porque mi cara, lo que me sucede a mí, podríamos decir que soy un caso atípico. Mi cara refleja exactamente lo que me ocurre, estoy dotado de una singular transparencia.
Me importa un pomo lo que me contás, lo que te pasa, y se me nota. Lo único que quiero es coger.

2 comentarios:

Frodo dijo...

Su modus operandi, ser un poco larguero, embrollero, envolvedor, para luego caer al centro con los dientes afilados.
El mío es cada tanto usar una palabra en latín
Lo abrazo

J. Hundred dijo...

*frodo! no hay que olvidar aquello que dijera césar luis: no confundamos vértigo con velocidad. ad astra y saludos.