10.7.18

Territorio Shaolin


Tengo una rutina con el chino que atiende el supermercado, el supermercado chino, claro. Hago las compras en un chino, ocho o diez productos en el canasto, una vez por semana. No tengo paciencia para los supermercados grandes, los carritos, las cajas rápidas que son lentas, la gente mirándose las compras como si se hicieran una tomografía computada, una colonoscopía. En los supermercados chinos hay mugre, la gente no tiene pretensiones, un albañil entra a comprar una cerveza de litro, una mujer con un bebé intenta robarse un sobre de mayonesa sin excesivo disimulo, la vida es más simple.
​El chino, con su milenaria destreza ha intentado aprovechar al máximo el espacio del local. Al fondo puso una suerte de verdulería atendida por una boliviana que permanece sentada impertérrita con la mismísima semisonrisa del Buda. Adelante, junto a la caja para cobrar, vende alfajores y cigarrillos. Y a un costado, hacia lo que sería el lado opuesto a la puerta de salida, armó algo parecido a una fiambrería.
​Cuando entro, cuando agarro el canasto y voy hacia el fondo por un pasillo a buscar mis cosas, el chino me saluda. ‘Cortame doscientos de cocido’, le digo.
​–Bocatta –Me dice el chino flaquísimo, y se saca el cigarrillo de la boca.
​–Sí –le digo. Es Bocatti, pero no importa. La idea es que cuando termino de encontrar mis cosas y vuelvo a la caja, ya está preparado el paquetito de papel con mis doscientos gramos de jamón cocido. Gano tiempo. El chino siente que no lo vigilo cuando me prepara el pedido, que confío en él. Todavía queda nobleza en el mundo.
​El supermercado es una mugre pero no importa. Compro unas hamburguesas de pollo Granja del sol, un vino de cien pesos, avena, café La Virginia, un dulce de leche o una mermelada, papel higiénico, una levité que por el color parezca jugo de algo, a veces un aceite de oliva. Podría entrar al supermercado y hacer la compra con los ojos vendados, de memoria.
​Hay algo más. Cuando le digo al chino, apenas entro ‘haceme doscientos de cocido’, y él me dice ‘¿Bocatta?’ y yo le digo ‘sí’. Hace una ínfima pausa y me dice ‘¿queso?’, y yo le digo ‘no’. porque agarro algún pedazo de queso sancor, pategras, cremón, fynbo, gouda, no sé, voy cambiando el queso para no aburrirme más todavía. Si no pudiera cambiar el gusto del queso, quizás ya me hubiera pegado un tiro.
​Fui al supmercado, el otro día, era martes.
​–Hola, haceme doscientos de cocido –dije.
​–¿Bocatta? –dijo el chino.
​–Sí –empecé a caminar hacia adentro del local, canasto en mano.
​–¿Queso? –dijo el chino.
​Iba a decir que no, como siempre.
​–Sí –dije. Y arranqué por el pasillo para hacer mis compras.
​–¿La Paulina o Verónica? –Dijo el chino.
​Volví sobre mis pasos, lo que equivale a decir que retrocedí. Lo miré.
​–No sé –dije–, el que vos digas. ¿Cuál es mejor?
–Elomismo –dijo el chino y sonrió, apenas. Jamás lo había visto sonreír. Y entonces entendí que era verdad, tantas pero tantas películas de artes marciales. Toda esa sabiduría del lejano oriente.

6 comentarios:

Alberto Arenas dijo...

Buenos días Hundred. Tengo entre mis costumbres la de realizar algunas de mis compras en supermercados chinos, y lo que más me ha llamado la atención en los últimos años, es como se han ido argentinizando - si se me permite el término - al punto de encontrarme hace poco con un chino tomando mate en la caja. Lo que no es menos asombroso es como nunca terminan de hablar mejor, o dejar quizá de entregar parte del vuelto en caramelos.
Lo saludo con la empatía de siempre.

Juan Sebastián Olivieri dijo...

Juan, percibo al mismo tiempo asombrado su genial pintura literaria encerrado en el chino, y, aterrado, el brote émulo de Alien de la combinación chino-argentino. ¿Nos deparará el futuro una versión aun más economica de nuestra devaluado ser nacional?

Frodo dijo...

Genio de la escritura mundial en recorrida memorable, en la descripción de todos los tiempos.

Ahora lo importante: el que tengo yo a una cuadra dice que se llama Ezequiel. Yo dudo un poco, no tiene mucha cara de Ezequiel pero entro y le digo "hola Ezequiel" y le insisto para que se haga de San Lorenzo.
¿El tuyo como se llama?

alberto baru dijo...

Invitacion a mi hijo. Asado en Pilar. Me lleva.
Traigan algo de beber. Pasamos por un chino de V. Urquiza, su barrio.
Un fernet, dos rutinis, un cinzano para mi, y un champan para el brindis.
China cajera me responde el saludo. Se rie del chiste que hago y comenta.
Salimos y mi hijo: -¡china hdrmp jamás me contestó el saludo, jamás me sonrió y viste lo que hizo…!
No le pude responder. Es que yo no sabía lo de la sabiduría de esta gente del lejano oriente.

J. Hundred dijo...

*alberto arenas! tengo una historia muy bonita, otra, con chinos. no le quiero quitar tiempo, no lo quiero aburrir. resumo entonces. iba yo cuando vivía por el parque centenario, todos los sábados a la mañana, al mismo laverap. y la china me empezó a hablar, me preguntaba de qué trabajo, cosas del país, una sana camaradería. un día, cuando fui a retirar mis camisas, vi que las axilas estaban azules. le dije ‘che, mirá cómo están las axilas, se mancharon todas, así no las puedo usar. qué hacemos?’. me miró desde otro lugar, desde muchísimo más lejos me atrevería a decir, y respondió el maravilloso: non tendo.. lo saludo con afecto.

*juan sebastián olivieri! muchas veces me levanto a la mañana y creo que ya no se puede ir más abajo, que la argentina ya no existe más con todos nosotros adentro. la argentina, como dijera el poeta (el poeta soy yo, qué la duda) es una escalera mecánica que va siempre para abajo. pero, como dijera el hombre de los cabellos de plata en ‘el que tiene sed’, del superior abelardo castillo: siempre se puede estar peor, vale la pena vivir sólo por eso. lo saludo.

*frodo! no lo quiero contradecir, pero todos los chinos se llaman ‘li’, por aquello que tantas veces conversamos, lo de ‘todos los chinos, el chino’. lo saludo.

*alberto baru! los orientales son una raza absolutamente superior, y además eligen callarlo. usted es apenas un salamín más que hizo una compra de más de quinientos pesos.. lo saludo.

José A. García dijo...

De una manera u otra siempre eslomismo... No hay caso.

Y si, en los supermercados chino, aunque limpien seguido, siempre hay mugre.

Saludos,

J.