Al cumplir los treinta años, me manifestó haber descubierto la necesidad de tener dinero. ‘Quiero ser rico’, dijo, aunque la frase no debía ser tomada de manera taxativa. Excesos verbales, que le dicen.
Le sugerí que apenas levantado, cada mañana, ingiriera una moneda, de un peso, de ser posible, no es demasiado grande, con un vaso de agua.
Por cuánto tiempo debía acometer el tratamiento, me preguntó una vez superada la sorpresa inicial.
Un mes, como mínimo, le dije. De ser posible, un año, también le dije.
Me preguntó si eso lo ayudaría a volverse rico.
Le dije que sí, aunque no estaba seguro. En cualquier caso, mejoraría su digestión. Algo es algo.
Le sugerí que apenas levantado, cada mañana, ingiriera una moneda, de un peso, de ser posible, no es demasiado grande, con un vaso de agua.
Por cuánto tiempo debía acometer el tratamiento, me preguntó una vez superada la sorpresa inicial.
Un mes, como mínimo, le dije. De ser posible, un año, también le dije.
Me preguntó si eso lo ayudaría a volverse rico.
Le dije que sí, aunque no estaba seguro. En cualquier caso, mejoraría su digestión. Algo es algo.
3 comentarios:
Por atrás pica el indio!!, dicen por ahí. No me haría responsable de aquello. Su prescripción es formidable por cierto, y mucho mejor que ir a alguna conferencia empresarial con quizás qué PhD.
Me encanta este blog.
Las reflexiones que hace Juan Hundred no tienen desperdicio.
Saludos.
*bromoluz! si, como enseñan las matemáticas, el orden de los factores no altera el producto, cabe sospechar que un PhD no sea mucho más que cualquier otro HdP.
*marlboro-man! tal vez las reflexiones de hundred sí tengan desperdicio. pero, como en cualquier mesa de saldos, uno busca y encuentra una remerita que le sirve.
*gracias.
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