Páginas

10.2.25

No sé si te acordás


Te acordás cuando compartíamos un sándwich de milanesa con lechuga y tomate en pan francés, Villa Gesell, un sándwich que te secaba hasta el alma, y lo comíamos sentados en la calle dando un bocado cada uno, pasándonos el sándwich, una Fanta de litro a nuestros pies, todavía dormidos con el sol reventándonos la frente, y era el mejor almuerzo del mundo, el mejor almuerzo que podíamos imaginar. ¿Te acordás?
Te acordás cuando caminábamos por la playa de la mano jugando a chocar flanco contra flanco para volver a separarnos, para dar un tirón de un meñique o un pulgar y volver a chocar, la lluvia en el pelo, tus pequeños pies en el mar. ¿Te acordás?
Te acordás cuando nos mordía el deseo como un animal enfurecido y subíamos a una terraza y te apoyabas contra una pileta donde alguien se había olvidado una media de toalla de un desteñido rojo, y nuestras enloquecidas manos luchaban con elásticos y botones, y tus erizados pezones y mi mirada de loco y tus tobillos de reina. ¿Te acordás?
No llores, tonta. ¿Te acordás?

4 comentarios:

  1. y, qué si se acuerda, todo al basurero del tiempo, ya nada vale la pena...

    ResponderBorrar
  2. *beauséant! seee. como dice el tango. nos ponemos de pie, saludos.

    Después, qué importa del después
    Toda mi vida es el ayer
    que me detiene en el pasado
    Eterna y vieja juventud
    que me ha dejado acobardado
    como un pájaro sin luz.

    https://www.youtube.com/watch?v=Hjw9wShH9xU

    ResponderBorrar
  3. No acordarte también te puede hacer llorar.

    La puta, ¿a dónde iría yo desde Liners para el Correo Central?

    ResponderBorrar
  4. *frodo! a comer a ‘el navegante’, tal vez. saludos.

    ResponderBorrar