18.9.16

Podés llamarlo olfato


De un tiempo a esta parte hago lo siguiente.
Cuando consigo una mujer, una chica, un mamífero mediano del sexo femenino, para coger. Cuando estamos en una habitación, en su casa o en la mía o donde quiera que nos haya llevado el encuentro, podríamos decir la vida. Cuando ya la desvestí y ella está en la cama, boca arriba, las piernas entreabiertas, o en cuatro patas, existencialmente predispuesta para recibir, o parada contra una puerta, o echada en un sillón.
Lo primero que hago es meterle la nariz en la concha. No, no la lengua, no entendés, qué te pasa, la nariz. Y doy dos o tres respiraciones profundas. Le respiro, técnicamente, adentro de la concha.
Y entonces le digo.
–Bueno, tenés un chiquito que se llama Santiago y tiene un leve retardo, algo ínfimo que no le va a impedir, de ningún modo, desarrollarse en el camino de la vida. Tenés miedo por él, es normal. Pero va a terminar la primaria, y va a hacer la secundaria también. Después va a conseguir trabajo en un negocio de venta de artículos de limpieza de algún familiar tuyo, sí, de tu primo. Y no, no va a ser premio nobel de nada, pero qué importa eso. La vida no se trata de eso, lo importante es tomar un vaso de vino, meter las patitas en el mar, ser feliz.
O sino digo.
–Sí, tu tío abusaba de vos desde que tenías nueve años, por suerte fue sin penetración. Pero te manoseaba y te hacía tocársela y vos estás segura que tu mamá lo sabía. Lo sabía y no dijo nunca nada, tan sumisa ella. Eso te dejó un profundo rechazo hacia los hombres, un existencial asco que te impidió tener pareja durante la adolescencia. Pero ya ves, con terapia se sale, te hizo muy bien la homeopatía y el reiki también. Todavía estás a tiempo de casarte, querés tener hijos. Y un perro, un bull dog francés, que se va a llamar ‘Huguito’.
Podría seguir, con los ejemplos. Con lo que digo.
Y ellas quedan absolutamente shockeadas, al borde del más puro estupor. Me preguntan si soy psíquico, si tengo poderes. Porque así como veo el pasado entonces también es posible que sea capaz de ver el futuro, y ellas quieren saber.
Y yo no quiero hablar mucho del tema pero ellas insisten. Son pura curiosidad.
–Bueno, sí –digo–. Lo que te puedo decir sobre el futuro es que vamos a coger tres o cuatro veces y después me voy a hinchar las bolas, me vas a aburrir. Yo esto ya lo viví.

4 comentarios:

Dany dijo...

Yo me olfateaba algo para este domingo a la noche. No me defraudó. Abrazo

J. Hundred dijo...

*dany! abrazo de gol, decía el mariscal perfumo.

Tamara dijo...

yo creo que tu olfato esta vinculado justamente a esta situación de vivir siempre lo mismo con cada una de esas historias que olfateas ...:) Ojala un día te falle el olfato y quizás así aparezca una compañera con la que vivas historias no vividas hasta ahora...abrazo juan!

J. Hundred dijo...

*alma! so be it. le mando un beso en la frente.