6.4.13

Serías capaz

         Me invitan a un cumpleaños. Al parecer, todavía la gente cumple años. Yo tenía entendido que se había dejado de usar, eso de cumplir años, como los pantalones pata de elefante. En fin, si te querés coger una lechuza embalsamada, cogete una lechuza embalsamada, si querés cumplir años, cumplí años. Yo hace tiempo que no siento nada, quiero decir, si veo a un perro rengueando en la calle lo ayudo, lo acaricio, lo llevo a una veterinaria o le compro comida, pero si veo a una persona tirada no me conmueve en lo más mínimo, es como si me mostraras una baldosa rota. Así vivo, en eso me transformé, es la única manera de seguir, de no volverse absolutamente loco. Soy una palta sin carozo, no sé, disculpame.
         Voy al cumpleaños, es un amigo. Paso a saludar. Debe haber, como mucho, veinte personas, quizás menos, la mayoría parejas. Alguna divorciada que busca dónde aterrizar antes que se le vuele el fuselaje a la mierda, alguien que la mantenga antes de no poder volver a ponerse jamás una bikini, de tener que bajar a la playa con poncho, hay también un muchacho bastante amanerado que cuenta que es vegano, que no come ni carne ni leche, ni  queso ni huevo, ni nada. Toma té, sostiene la taza, pobrecito, con las dos manos, y parpadea mucho, como si estuviera esperando una lluvia, una tormenta eléctrica de porongas que le permitan volver a sonreír.
         El asunto es que a mi amigo, por su cumpleaños, le han comprado un televisor. La mujer, y su pequeño hijo, le han dicho que cerrara los ojos, y cuando entró al comedor, al volver de su trabajo, ahí estaba. Un gigantesco televisor colgado en la pared, 99 pulgadas.
         Olvidé decir que mi amigo es fanático de los deportes, le encanta ver partidos de fútbol, de básquet, de tenis también. Le encanta echarse en su sillón y ver la televisión. El regalo lo ha conmovido, es exactamente lo que quería. Está feliz.
         Enciende el televisor, mientras abraza a su esposa, le da un beso en el pelo. Quiere mostrarnos la magia del regalo.
         Enciende el televisor, entonces. En cualquier canal. Justo están dando una película donde Robert Redford es un millonario y le compra la esposa a un tipo, por una noche, por un millón de dólares. Todo el mundo ha visto esa película, pero básicamente en eso consiste, esa es la trama.
         De inmediato, comienza una discusión, un debate. Estamos la mayoría de pie, algunos sentados en los sillones, tomando un vino bastante ordinario, también hay platitos con comida. Fiambre, queso, frutos secos, cosas para picar.
         Se debate entonces, sobre qué serías capaz de hacer, por un millón de dólares. El remanido tema de cuál es el precio para torcer tu voluntad. Un tipo (no, no el vegano, otro, con una dramática barbita candado) dice, muy serio, que se dejaría coger, una chica que creo que es psicóloga dice que ahogaría a su pequeño perro en la bañera, otro amigo mío dice que se dejaría cortar el meñique de una mano, como ha visto que se hace en la mafia japonesa, y alguien le dice que no es lo mismo, si se lo dejaría cortar, que si se lo cortaría él, otra piba dice que le chuparía los dedos de los pies a un enano, o los huevos, a un chimpancé, en el zoológico, delante de los niños de los colegios que estén de visita, otro dice que iría caminando en cuatro patas, con el culo al aire, por la ruta, de acá a Pinamar, y así.
         La conversación continúa, cuál es el límite, hasta dónde serías capaz de llegar.
         Pero yo creo que no importa, que en verdad nada dice de vos, no te define, el saber qué harías por un millón de dólares.
         Lo tremendo es saber lo que hacés, lo que venís haciendo más o menos todos los días, porque sí, por unos pocos pesos, para mantenerte vivo. Porque no se te ocurre más nada.

19 comentarios:

Martin dijo...

Es excelente. Groso

J. Hundred dijo...

*martin! gracias.

Lucía dijo...

sos estupendo, no dejo de sorprenderme contigo.
Gracias!

J. Hundred dijo...

*lucía! estimada, escuché la frase alguna vez. dice ‘hasta un perro de la calle necesita una caricia de vez en cuando’. yo le agradezco la gentileza.

Diego dijo...

Una vez Marx dijo, luego de volcar de una copa eso de que la sociedad esta dividida por aquellos que detentan los medios de producción y aquellos que tienen su fuerza de trabajo, que el hombre es libre solamente de morirse de hambre.
Ahora bien, algunos saben ello, otros no.
Quiero decir, todos estamos condenados, desde hace rato, mucho tiempo. La diferencia yace en Pinamar, pateando arena, mirando un culo, qué se yo, ya no importa. Let's open another bottle, diría Buk.
Saludos.

Maldo dijo...

Genial! Genial! Un abrazo.

Unknown dijo...

Lo soez o lo bajo que caeríamos por una cifra significativa no es otra cosa que la fantasía del batacazo que nos permita terminar en un solo pago lo que venimos tratando de comprar en pequeñas cuotas de soecismo (si es que existe semejante palabra) y bajeza, y si, en ese contexto no dice nada nuevo a cerca de nadie.
Como siempre, muy bueno lo suyo!
Abrazos

Yoni Bigud dijo...

Lo que uno hace todos los días, lo hace en silencio. Dos detalles de importancia capital: Lo hace. Y lo hace callado. Es ese el terreno adecuado para las gestas más heroicas, y las más aberrantes.

Uno hace lo que sea para quedar habilitado a poner la ficha. Empezar el nuevo día. Lo demás es anécdota, bravuconada infantil basada en el hubiera. Y el hubiera no existe. No lo digo yo, lo dice Sartre.

Veo que por estos días usted está realmente encendido. En llamas. Celebro eso.

Un saludo.

J. Hundred dijo...

*diego a! una de marx (groucho). vuelve una hija de groucho del club, llorando. no la dejaban usar la piscina, por ser judía. va, groucho, al club, y dice ‘en realidad, mi hija es mitad judía, no la dejarían bañarse hasta la cintura?’. lo que le quiero decir, es que quizás cada uno tiene el marx que merece. lo saludo.

*maldo! un abrazo, y le agradezco.

*bob harris! ha estado usted particularmente lúcido, al punto de mejorar el precario fragmento de mi autoría. aunque, como es mi costumbre, me cueste admitirlo. acepte mis respetos. 1abrazo.

*yoni bigud! una cosa de lo más extraña, quizás perturbadora, es que vamos descubriendo que lo heroico y lo aberrante son mascotas que podemos alimentar con la misma mano. como decía el superior federico manuel peralta ramos: serás lo que debas ser, y dejate de joder. en mis días normales, en mis días malos, soy genial, después tengo mis momentos donde mejoro un poco. lo saludo con fe.

Mr. Kint dijo...

Hoy usted ha estado brillante. Impecable el texto.
Nada más para decirlo, me despido con el abrazo de siempre.

J. Hundred dijo...

*mr. kint! le advierto que no voy a contestar agravios. también le advierto, que si no son agravios, descubro que no sé muy bien qué contestar. abrazo de gol, lo escuché decir al señor roberto perfumo (que además, contado por entendidos, pegaba como un cirujano).

gen71 dijo...

Paso cada tanto, generalmente en el laburo y con poco tiempo para leer.
Comienzo con el primer párrafo esperando que la prisa de estar vendiendo mi tiempo por dinero para subsistir le gane al interés.

Imposible; nunca he podido dejar de leer hasta el final.

Sencillamente excelente lo suyo.

Saludos

Lola dijo...

Y a lo que se hace para ganar esos pocos o muchos pesos falta sumarle lo que se hace con ellos una vez afuera del laburo.
Qué bueno el planteo y todas las imágenes, personajes y palabras que lo van llevando redondito hacia ese final.

J. Hundred dijo...

*gen71! como usted bien sabe, no estoy diciendo ninguna originalidad, nos pasamos la vida cambiando tiempo por dinero para, en el mejor de los casos, hacia el final, tratar de cambiar dinero por tiempo. conducta cuando menos paradojal. no menos cierto, recuerdo cada vez que puedo, que bioy dijo aquello de ‘vivir es distraerse’. está bueno colaborar con su recreo, entonces. lo saludo con afecto.

*lola! correctísimo su follow up. quiero decir, no sólo hay que ver la repugnante alimaña que te volvés para ganar dinero. sino que después, encima, hay que ver lo imbécil que sos, para qué lo querías, en qué lo gastás. como casi siempre, como la mayoría de las veces, la herramienta no tiene la culpa. el dinero es fungible, ahí está su magia, eso sí que es cortesía. la saludo con interés.

Guillermo Altayrac dijo...

Muy bueno. Hace tiempo que no pasaba. Me estoy poniendo al día y vengo leyéndote muchas cosas buenas al hilo.
Se disfruta.
Gracias.

Guillermo Altayrac dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J. Hundred dijo...

*guillermo altayrac! una excesiva generosidad de su parte. lo saludo.

*guillermo altayrac! por un momento pensé que había cambiado de opinión. lo vuelvo a saludar.

Serendipity dijo...

otra genialidad y vengo leyendo unas cuantas, gracias por regalar estos momentos a quienes te leen!

J. Hundred dijo...

*serendipity! y quién le dijo que es un regalo? ahora viene la parte donde le pido que se suba a la mesa desnuda, y cante no sé, ‘beast of burden’, estaría bien para mí. la saludo.