El noventa y siete por ciento de la gente que me cruzo en mi cotidiano y particular via crucis, están absoluta e irremediablemente tristes. Esto significa que, de cada cien personas con las que me cruzo, con las que intercambio un saludo, una mirada, una palabra tal vez, sólo tres no tienen la superficie dérmica total y absolutamente cubierta de un fracaso, una tristeza, un rencor, que ni el mejor detergente y el mejor empeño alcanzaría a lavar.
Esto te deja pocas, ínfimas chances de ser una persona interesante para mí.
Así que la próxima vez que me saludes, que me sirvas un café, que me preguntes la hora, que intentes venderme un reloj o darme un beso, mi sugerencia es que hagas lo mejor que puedas. Esmeráte.
Esto te deja pocas, ínfimas chances de ser una persona interesante para mí.
Así que la próxima vez que me saludes, que me sirvas un café, que me preguntes la hora, que intentes venderme un reloj o darme un beso, mi sugerencia es que hagas lo mejor que puedas. Esmeráte.
4 comentarios:
Me esmero, me esmero, se lo juro.
Pero si una se esmera demasiado usted empieza con el asunto del desprestigio al esfuerzo (aunque una no considere el esmerarse relacionado con ninguna cuota extra de esfuerzo)
Al final, mi estimadísimo Hundred, no hay carisma que le venga bien.
O en realidad se trata de encontrar ese límite exacto y exquisito donde esmerarse no requiere esfuerzo
Bonito domingo para usted
vamos arando dijo la mosca!!
Yo no suelo estar triste, pero si con un humor de los mil demonios. En todo caso, si nos cruzamos, tenga a bien pasarse de vereda. Yo sabré comprender y le dedicaré un gruñido.
HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
QUE ALEGRIA ESTE POSSSSSSTTTTTTTTTTTTTTT!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
BUENAS NOCHES AMEEEEERICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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