31.1.07

No puede ser

En un parque. Estoy sentado. Leo el diario. Se me acerca una persona, una mujer. La mujer sujeta una bolsa en cuyo interior hay una botella de leche, pan, un pedazo de queso, tal vez. En la otra mano sostiene una correa que termina en un perro. Es un perro de un amarillo clarito, bigotudo, exoftálmico. La clase de perros que suelen ladrar hasta morir, o hasta enloquecer a un vecino. Lo reconozco de inmediato.
La mujer se me acerca. La mujer se para frente a mí. La mujer me habla.
–Oiga, señor.
–Sí.
–Usted está leyendo el diario de mañana.
–¿Qué? –Bajo el diario. La miro.
–Usted está leyendo el diario de mañana.
–No, no creo. Gracias.
–¡Sí, fíjese! Mire la fecha. Es el diario de mañana.
–A ver –me fijo la fecha en la tapa–. Tiene usted razón, es el diario de mañana.
Me dispongo a seguir leyendo. Ella da una patadita de fastidio. Su perro ladra, una sola vez. Su ladrido es tal cual lo imaginaba.
–¡No puede ser! ¿No entiende? –dice.
–No, no entiendo –digo.
–Usted no puede estar leyendo el diario de mañana.
–¿No?
–¡No! –Se cruza de brazos, lo que genera un tirón de la correa en el cuello del animal.
–¿Y porqué no?
–¡Porque es hoy! ¡Por eso! Si es hoy, usted tiene que estar leyendo, a lo sumo, el diario de hoy.
Me mira, satisfecha con su razonamiento. Su perro me muestra los dientes amarillos. Yo nunca he visto reír a un perro, pero si tuviera que votar, juraría que el perro se está riendo.
Humphrey Bogart dijo alguna vez, o así me lo contaron, algo como que su problema era que le llevaba un par de whiskys de ventaja a todo el mundo.
Yo digo, apenas, 'tócala de nuevo, Sam'.

4 comentarios:

Tango dijo...

Me ha pillado por sorpresa con su analogía tan glamorosa.

Bugman dijo...

Mecachendié. Llegué tarde. El diario de mañana que usted describe ayer es ahora el diario de hoy. Menudo problema me hubiera evitado si me hubiera dicho, por ejemplo, que hoy iba a llover en Zaragoza. No es que hoy haya estado en Zaragoza, pero menudo problema me hubiera evitado.

J. Hundred dijo...

*bromoluz! hay quienes sostienen que el observador, en el acto de observar, modifica lo observado. es dentro de esta línea de razonamiento, entonces, donde, en presencia de lo mismo, alguien puede ver un plato de ravioles, y otro alguien una analogía. como dijera el filósofo escocés Paul Maker: 'la culpa no es del chancho, sino del que le usa el dentífrico'.
*bugman! ud. no puede ignorar que, uno de los problemas, cuando llueve en zaragoza, son las rodillas de Barbosa.

Tango dijo...

Ja ja ja ja. Mi Juanito querido!!. Me sorprendió dándole perlas a los chanchos. jajajaja.

- La cuestión es interpretar, dijo el historiógrafo -

Así que no se culpe tanto, digamos responsabilidad compartida.

Un abrazo rebromado.