24.5.06

No lo que usted pensaba

La periódica repetición de un acto, con relativa frecuencia, le quita toda, o casi toda, la gracia. El dominio del acto en cuestión gracias a las sucesivas repeticiones, permite ejecutarlo de una manera casi displicente, perdiéndose de esta forma la emoción y atención primigenia.
Existen, como todo en esta vida, algunas excepciones que sirven para confirmar la regla expuesta.
Meterse el dedo en la nariz, for example.

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