La periódica repetición de un acto, con relativa frecuencia, le quita toda, o casi toda, la gracia. El dominio del acto en cuestión gracias a las sucesivas repeticiones, permite ejecutarlo de una manera casi displicente, perdiéndose de esta forma la emoción y atención primigenia.
Existen, como todo en esta vida, algunas excepciones que sirven para confirmar la regla expuesta.
Meterse el dedo en la nariz, for example.
Existen, como todo en esta vida, algunas excepciones que sirven para confirmar la regla expuesta.
Meterse el dedo en la nariz, for example.
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